El profe (capítulo 3)
Fecha: 13/06/2025,
Categorías:
Anal
Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos
... tuya —me susurró.
La volteé y puse sus manos contra la mesa, le hice a un lado el cabello y le mordí el cuello, subiendo hasta la oreja para luego bajar hasta donde empezaban sus hombros. Mientras tanto me había bajado lo suficiente el pantalón para sacar mi pedazo, que puse sobre su licra, hundiéndola entre las nalgas, para que la sienta, sin que se la pueda meter. Llevé mis manos a partes opuestas, una jugueteaba con sus pechos, mientras que la otra se metía entre sus piernas. Ella estaba excitadísima. Pegaba su culito hacia mí, para sentirme más, movía la cola a los lados y soltaba pequeños gemidos.
—Señorita enfermera, creo que le voy a poner una gran inyección.
—¿me dolerá Doc?
—Te haré gozar bebé.
Se volteó y volvió a besarme, agarró mi verga y poniéndose de cuclillas me la empezó a ensalivar. Era una golosa, no parecía que esa boquita pudiese abrirse tanto, esperaba que su orificio de atrás también fuese así de elástico.
—Te voy a dar un poco de anestesia —le dije, tomando la botella de whisky y vertiendo ligeros chorros en la base de mi poronga, ella gustosa empezó a beber del tronco y de la cabeza. Sin darme cuenta le di más de lo que pensaba, pero ella encantada seguía mamando.
Mientras estaba en eso moví lo que había en la mesa y decidí premiarla. La tomé de los brazos y la senté en la mesa, le quité el pantalón casi de un tirón, le tomé una de sus esbeltas piernas y la empecé a besar, desde la pantorrilla fui avanzando, jugando con mi lengua, ...
... luego pase a sus muslos, tersos, firmes y lisos, me acercaba al centro y justo cuando parecía que llegaría al medio, me alejaba rumbo al otro muslo, ella gemía entre excitada y desesperada. Finalmente le empecé a lamer los labios, los separé y jugué con el clítoris, cada caricia era acompañada por sus movimientos de cadera y gemidos de placer. Ella se dejó llevar, apretó mi cabeza entre sus piernas y tuvo un orgasmo exquisito.
Se tumbó en la mesa, subí con pequeños besos hacia su ombligo, su vientre era plano, muy bello, continué a los pechos y volví al cuello, la jalé con cuidado para pararla.
—Ahora viene lo bueno —le dije.
Me miró entre excitada y asustada, abrí la bolsa de juguetes y saqué un antifaz con los ojos tapados, se lo puse y la dejé sin saber qué más planeaba para ella.
—¿Vas a ser una nena buena?
—Si.
—¿Si qué?
—Si profe.
Estaba a mi merced, tenerla sin poder ver me excitaba muchísimo, pero aumentaba en ella también cada sensación que pudiese causarle, le apreté un pezón y ella dio un salto. La tomé de una orejita y la conduje a nuestro sillón favorito, la hice arrodillarse en el cojín y apoyé su cabeza contra el respaldar, con lo que su colita quedó expuesta.
Ajusté la luz de la sala a lo necesario para poder disfrutar la vista, ella estaba muy mojada, se notaba que disfrutaba ser sometida. Tomé mi bolsa de regalos y saqué un poco de lubricante, lo destapé y con precisión le hice caer una gota en el ojete, ella instintivamente cerró ...