1. Un inconveniente afortunado


    Fecha: 13/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    ... mojar?” pensé... “¿será... que tengo una “squirter” entre manos?” Incrementé la intensidad de trabajo de mi lengua sobre su clítoris, coloqué mi mano izquierda sobre su pubis envolviendo su pierna, un poco para restringirle los movimientos, ya que estaba retorciéndose mientras sujetaba con sus dos manos mi cabeza, por momentos empujándome como para sacarme. El dedo mayor de mi mano derecha rápida y subrepticiamente buscó su abertura, y entró en la cavidad, estrecha por la tensión de sus músculos pélvicos, pero tan lubricada que resbaló adentro sin resistencia alguna. Rápido localicé la rugosidad de su punto G, y comencé a estimularla.
    
    - Ahhh... no Jorge... pará... en serio te digo... ahhh...
    
    Sentí espasmos reprimidos en mi dedo, mi boca se mojó con una tenue pero perceptible eyaculación, y sus muslos apretaron fuerte mi cabeza. Un orgasmo sí, pero no una liberación total. Me puse de pie, y antes de que se recuperara un poco, la penetré. Ningún estímulo extra necesitábamos ambos. Hace rato estaba rígido como hacía mucho tiempo no lo estaba, y ella tan mojada que un solo movimiento y mi glande ya flotaba en vacío húmedo y cálido de sus entrañas, y mis huevos apoyaban contra sus glúteos separados. Le puse mi mano tras la cabeza, y la acerqué para un apasionado beso, su cola resbaló en parte del borde de la mesada, y se sostuvo contra mi penetración presionado su clítoris contra mi pelvis.
    
    Nos movimos unos segundos en esa posición trabada mientras nos besábamos, y luego ...
    ... la sostuve de las piernas para acomodarla. Laura se colgó de mi cuello y arqueó su espalda hacia atrás, con lo cual pude comenzar a bombear desde abajo un buen rato, alcanzando bien su punto G con mi pene.
    
    - ¡Ay no! Ahí no. Voy a hacer un enchastre.
    
    - Relajate, no importa.
    
    - No…
    
    - Estamos en un baño, ¡Relajate boluda, haceme caso!
    
    Fueron pocos bombeos más. Giró sus ojos hacia atrás, contuvo la respiración y luego exhaló emitiendo un largo y gutural gemido. Sus muslos me apretaron con violencia, y su vagina se contrajo con espasmos esta vez sí, liberadores. Dejé resbalar mi pene afuera en parte expulsado por sus contracciones, y sentí el poderoso chorro se su eyaculación. Luego todo su cuerpo comenzó a temblar, a convulsionar, resbaló hacia adelante como poniéndose de pie, pero sus piernas, se aflojaron, y la tuve que sostener. La giré hacia mi izquierda, hasta sentarla sobre la tapa cerrada del inodoro, donde quedó largos segundos con sus piernas cruzadas, y todo su cuerpo aun temblando. Cuando su orgasmo comenzó a ceder, me coloque por sobre sus piernas cruzadas, con las mías abiertas, mi pija a la altura de su cuello, mientras agarraba sus lolas con ambas manos. Laura adivinó mis intenciones, tomó solo mi glande en su boca, y arqueó su espalda hacia atrás, para ensayar una turca, lubricada por sus jugos que estaban en mi miembro, y por el extra de la saliva en la punta que recibía en su boca en cada movimiento. Sentí que ya no podía retardar más mi orgasmo y ...
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