Mi harem familiar (6)
Fecha: 14/06/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... asusté. Snif. Es la única explicación que te puedo dar. No tengo otra, pero quiero que sepas que, si tanto me amas y me deseas, pues yo también y que desde anoche ya estoy dispuesta a ser tuya. No quiero irme, quiero vivir intensamente lo que tenías planeado para nosotros y darte de mí todo lo que tú quieras. Quiero ser tuya, ya sin arrepentimientos. Anoche le di una patada a mi bichito bueno y lo despedí de mi vida. Ya nunca volveré a escucharlo, te lo prometo. Snif.
Me quedé de piedra, sin reacciones visibles en mi cuerpo, creo, pero en mi cabeza había una tormenta tropical de categoría cinco. No sabía cómo reaccionar. Fue ella quien me sacó de mi ensimismamiento, cuando se acercó a mí y me dio un besito en los labios, cargado de amor, al más puro estilo Sugey. Inmediatamente la abracé y le dije:
- ¿Recuerdas las condiciones que establecí hace meses, allá en la Plazoleta del Boulevard de Macuto?
- Si, mi amor. Tres veces, nunca lo he olvidado. Una, quiero que me hagas tuya, mi amor; Dos, deseo ser tu mujer, mi vida; Tres, quiero ser tu hembra a partir de ahora mismo, mi cielo. ¿Me aceptas?
- Tendré que pensarlo… mi vida. Necesito tiempo… mucho tiempo, quizás unos cinco o seis meses, en los cuales trates de seducirme a diario, hasta ver que me convenzas…
- Me lo merezco, lo reconozco y será mi penitencia, empezando desde ya…
La abracé y la besé en la boca, con amor, con deseo, con pasión, con lengua. Le quité la franelita con que había dormido y me lancé a ...
... comerle las tetas, a besarle el cuello, a lamerla por todos lados. Me pidió taima y se fue al baño, a orinar, ducharse y cepillarse. Volvió rápidamente, con cara de ilusión y se me ofreció de inmediato. Totalmente desnuda, hasta sin el reloj que nunca se quitaba. Retomé por donde habíamos quedado. Le mamé las tetas con amor, como si me estuviera alimentando de ella, mi madre. Luego mi lengua decidió ir hacia sus bajos a conocer esos predios, pasando por su maravilloso ombligo, al que le dediqué suficientes mimos y finalmente visité su vagina. Aquella era la cuca más hermosa que mis ojos hubieran visto, labios gruesos y suaves, con los internos pequeñitos, casi inexistentes, un canal vaginal rosadito, delicioso y con sabor a hembra de lujo, un clítoris impresionante, grande, encapuchado, como un pene dentro de su prepucio. Lo descapuché y empecé a acariciarlo con mi lengua, mientras metía dos dedos en su interior, ya empezando a empaparse de esos jugos que yo esperaba degustar. En esas estaba cuando ella reclamó su derecho a darme placer también, por lo que rápidamente me coloqué boca arriba y a ella la subí sobre mí, con su cucharita sobre mi boca y ella con su cara muy cerca de mi pene. Sugey agarró a la anaconda con firmeza y empezó una labor que ya me parecía conocida. Yo le daba placer a manos llenas, bueno, a dedos y lengua y ella me daba una mamada tan arrecha o más que la del día anterior. Ella no aguantó mucho, supongo que debido a cuatro años o más de abstinencia y ...