1. Mi tía milf


    Fecha: 15/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... finalmente se acercó a su guarda ropa, del cual sacó ni más ni menos que aquel conjunto de lencería que le había regalado semanas atrás.
    
    Sujetó el conjunto con delicadeza; era de dos piezas, de encajes y trasparencias, en negro. Lo miró atentamente intentando encontrarle forma entre los delgados hijos de la sensual prenda. Su mirada se perdí en su regalo y su sonrisa se había apagado, ahora lo miraba con seriedad, quizá imaginando que con ello estaría insinuando algo más.
    
    Sin hacer alguna reacción evidente, parecía estar peculiarmente encantada con el sujetador. Lo analizaba detalladamente mientras se la ponía sobre su pecho sin quitarse su bata, seguramente imaginando como se le vería. Y entonces lo hizo. Ahí, frente al espejo de su tocador, se llevó las manos al nudo de su bata y comenzó a deshacerlo.
    
    Así, la miraba frente a su espejo abriendo su bata y deslizándola por su desnudo cuerpo hasta dejarla caer al suelo y de nuevo la vista desnuda de su espalda se me presentaba para el deleite de mis pupilas, ahora pudiendo apreciar, además, sus bellas, lindas y tersas nalgas blancas.
    
    Y en el reflejo su perfecta silueta femenina, su brillante piel, sus curvas naturales, cintura esbelta y, sobre todo, ese par de pechos grandes en forma de gota, firmes y suculentos, con sus pezones color nuez tostada un poco erectos por el frío, debelándose por fin ante mis ojos. Sin dejar de lado su bella vagina depilada con una elegante rayita de vello púbico coronando su monte de ...
    ... venus.
    
    Con toda atención observaba sus movimientos, su espectacular figura completamente desnuda, envolviéndose con la erótica prenda de encajes y listones de un profundo satín negro, que resaltaba en su piel clara.
    
    La escena era tan asombrosa y tan excitante que no pude evitar estrujarme mi pene endurecido bajo mis pantalones. Fascinado, comencé a estimularme placenteramente, gozando con la vista de mi hermosa tía vestida en la lencería más sensual que jamás había visto.
    
    Caminando sobre sus tacones altos y el traje de encajes que le había regalado. La espiaba desde su puerta masajeándome mi pene tieso como marro, ardiente y enfilado como estaca, queriéndome follar a mi tía ahí mismo. Viéndola desfilar cual diva ella, su cabellera larga ondeando a su pasar de un lado a otro en su habitación, con la vista fija en su propio reflejo, enamorada de sí misma.
    
    La quería ya mismo, y la deseaba tanto. Estaba decidido, entraría y me la follaría. Estaba tan caliente que ya nada más me importaba, forcejearía un poco de ser necesario. Pero entonces la miré caminando hacia la puerta, directo a mí. Me conmocioné, mi corazón me aporreaba como martillo al tenerla frente a mis ojos atónitos y entonces cerró la puerta.
    
    La muy cabrona me cerró la puerta en la cara. Estaba colérico, realmente frustrado como perro en brama. Me había dejado literalmente con la caña en la mano. Pero, por otro lado, ahora sabía que le gustaba, es decir, estaba claro que en todo momento supo que yo estaba ...
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