1. Mi tía milf


    Fecha: 15/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... había más, era así. Mi tía estaría completamente desnuda tras esa delgada bata.
    
    Con esa imagen en mente mi pene se hinchaba al máximo bajo mis calzoncillos casi reventando mis deportivos. Entonces me pasé detrás de mi tío con el pretexto de mirar mejor la pantalla, y ahí, con un sutil y veloz movimiento me gire rozando de paso mi falo enfilado en las deliciosas nalgas de mi tía.
    
    Fue rápido y fugaz, pero pude arrimarle mi férrea tranca en todo el trasero. Habría sido la mejor sensación de mi vida, y lo mejor es que ella no dijo nada.
    
    Mirando con falsa atención la pantalla del ordenador de mi tío, poco a poco me acercaba a mi tía por detrás con toda intención de estacarla con mi falo. Lentamente me acomodaba en posición con todo el pene estirado e inflamado, rozándole con sutileza y extrema excitación sus suaves duraznos redondos frente a mí.
    
    Ahí pude sentir la calidez de su trasero rozándose con mi pene, deslizándose desde sus duras piernas, por su parada colita casi hasta su ardiente hendidura.
    
    Pero el gusto me duró poco, y enseguida se ha dado media vuelta de regreso a su alcoba.
    
    Diva
    
    Desde aquel día no había otra cosa en que pudiese pensar que en follármela. Se había vuelto una obsesión y una adicción. Los siguientes días mi tía había cambiado un poco conmigo, más allá de su infame actitud, parecía que había encontrado un nicho de humanidad bajo todas esas capas de egocentrismo y vanidad, donde podía acorrucarme como tierno ratoncillo para recibir una ...
    ... coqueta mirada, y en los mejores días aceptar una que otra sonrisa seductora. Pero entonces sucedió.
    
    Decidido a conquistarla le compré un par de zapatos de moda, de una buena marca, cuales bien sabía que le encantarían, se los envolví en una caja y se los puse sobre su cama.
    
    Esa tarde estaba haciendo chequeo de inventarios en el comedor con mi tío. Mi tía aún estaba en la ducha, de la cual saldría justo cuando yo terminaba mis deberes con su esposo. Enseguida me apresuré y subí a mi recamará, con toda intención de espiarla para ver su reacción, y quizá conseguir algo.
    
    Al salir del baño, sus pasos se escuchaban ascendiendo la escalera. Yo espiaba desde mi habitación. Enseguida le escuché pasar a su alcoba, y entonces salí velozmente silenciando mis pasos con mis calcetas deportivas hasta su puerta donde me asomé lentamente.
    
    Con un buen golpe de suerte, ella habría dejado su puerta entrecerrada, dejándome el suficiente espacio para permitirme mirar dentro. Al ver lo que a todas las mujeres les vuelve locas, de inmediato tomó el par de tacones para medírselos.
    
    Para mi excelso y entrenado ojo, aquel par le había encantado, y mejor aún le habían calzado a la perfección. Se veía hermosa sobre los elegantes los zapatos de tacón alto caminando en su habitación sin poder dejar de mirarse sus torneadas pantorrillas que le lucían asombrosas, aún con su bata de baño puesta.
    
    Después de modelarse los zapatos por algún tiempo, completamente fascinada por su nuevo regalo, ...
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