Mi tía milf
Fecha: 15/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... brotar mi sonrojado y húmedo pene totalmente erecto y caliente, enfilado como bestia hambrienta. Entonces comencé a tocarme, tan flipado como aquella hermosa mujer con quien compartía la casa, y ese momento tan excitante a merced de nuestras más bajas pasiones aún a flor de piel.
Era increíble, perfectamente podía escuchar los gemidos terriblemente excitantes de mí tía satisfaciéndose con sus propias manos, mientras yo me zanjaba fuertemente el miembro estrujándole como anguila caliente y pegajosa con furor, sabiendo que en cualquier momento nos haríamos correr fogosamente.
Cuando en ese momento, aquellos sutiles sonidos, que empezarían como tenues quejidos ocasionales, eran ahora fuertes y pasionales clamores que se hacían resonar cada vez más fuerte haciendo eco en las paredes de su habitación. Con total descaro, desgarradores alaridos orgásmicos graves, emergían desde lo más íntimo de su habitación y de su cuerpo, anunciándome así que estaría a punto de hacerse terminar.
Sin quererme quedar por detrás, y completamente preso de mi tremenda calentura, aumenté el ritmo de mis fuertes jaloneos como queriéndome arrancar el alma, escuchando el inconfundible sonido de los dedos de mi tía penetrando furiosamente en su lubricado sexo, produciendo el chapuceo de sus jugos escurriendo desde su vagina entre sus dedos, salpicando al estamparse contra su pubis al entrar y salir de su tibia cavidad.
Así, bajo los acordes desgarradores de sus sollozos eróticos, que a su ...
... vez me hacían gozar como nunca, me arrancaban desde el interior de mi próstata un poderoso y férreo orgasmo que hacía eyacular mi pene como el húmedo coño de mi tía, quien debía de estar segregando aquellos fluidos que sonaban con toda claridad al escurrirse entre sus dedos, haciéndose correr lánguidamente en la comodidad de su cama, aliviada y desahogada por completo. Mientras yo, al tiempo, me apretujaba mi duro falo exprimiéndole hasta la última gota de semen que capturaba en mis pantaloncillos evitando que manchasen el piso de madera.
Vestido de novia
Había pasado ya dos meses desde aquel erótico encuentro con mi tía, quien sin embargo lo ignoraba como de un simple frívolo recuerdo mundano se tratase, en su glamurosa vida artificial. En tanto, yo intentaba sin éxito, sacármela de la cabeza; su cuerpo perfecto, su piel tersa, suave y tibia, aquel aroma de mujer, y ese momento confidencial de placeres mutuos.
Pero su arrogancia, ese endemoniado narcisismo con el que se paseaba por toda la casa con aires de grandeza, inmerecida por el mundo. Era imposible, simplemente no se puede tratar con esa mujer así. Como el dulcero de la abuela que no debes tocar, pese a estar sobre la alacena a la vista de todos.
Sin embargo, no me rendiría, ya no podía, me traía loco, al mirarla en las mañanas saliendo en aquellos vestidos entallados, sus elásticas mallas forrando sus esculturales piernas y levantando sus jugosas nalgas en forma de dulces duraznos sobre sus tacones ...