1. Mi tía milf


    Fecha: 15/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... recamara. El cambio en su actitud era inmediato, toda una chantajista, seductora, interesada y caprichosa de los mil demonios la señora. Por eso le dejé primero el vestido y en cuanto bajó un poco su actitud le puse el traje deportivo, para finalizar con el conjunto de lencería y la bata de seda un par de semanas después.
    
    La estrategia había funcionado, el interés de mi tía por los regalos costosos me daba tiempo suficiente para acercarme a ella y coger confianza por cogerme algo de ella aunque fuese.
    
    Al paso de unas semanas habíamos forjado una relación un tanto más estrecha, y se dejaba toquetear un poco de tanto en tato.
    
    Ya le había visto vestir el traje sastre de oficina, y el conjunto deportivo ajustado que le había comprado y que le resaltaría sus bien puestos atributos firmes, tan firmes como me dejaba la polla al verla pasar. Solo faltaba el conjunto íntimo y aquella bata que tantas ansias tenía de verle puesta.
    
    Sin embargo, al paso del tiempo y no ver señales de esas prendas, deduje que había sido demasiado y abandoné toda esperanza. Hasta que un día algo sucedió.
    
    Era un viernes por la noche, ese día llegaba tarde a casa, pues al salir del gimnasio me había quedado con unos amigos y no me aparecí hasta pasadas las dos de la madrugada. Creí que mis tíos estarían dormidos, pero al llegar me encontré a mi tío haciendo números en su computadora, muy preocupado porque su contabilidad nomás no le cuadraba, así que me le acerque a ayudarle.
    
    En esas ...
    ... estábamos cuando escuché a mi tía bajando las escaleras. Sin resistirme, de inmediato volteé a verla disimuladamente, solo para darme cuenta que vestía ni más ni menos que aquella bata que le había regalado, presumiblemente sin nada debajo.
    
    Con solo la luz del comedor encendida no podía ver claramente si tendría algo debajo de aquella prenda, pero podía ver cómo marcaba su par de pezones de lo más excitantes con todas las ganas de pellizcarlos y llevártelos a la boca para acabártelos.
    
    Mi imaginación a todo lo que daba, me estaba levantando todo el deseo de mi pene irguiéndose en mi entre pierna. Además y para colmo, vestía unos deportivos poco holgados que no ayudaban mucho para disimular la tremenda erección que me cargaba.
    
    Y es que no era de esas erecciones cualquiera, era de esas como pocas, a todo, de esas que hasta duelen, cuando sientes que si no te la jalas te estallara el pene. Me moría de ganas aunque fuese de rozarme el glande para apaciguar el furor de mi tranca que me pedía a espasmos comerse el tremendo y jugoso trasero de mi tía que se posaba a escasos pasos de mí, recargada en una silla levantando el culo al cielo como esperándome para llegarle por detrás y enfundármela como cuchillo en pastel.
    
    Fingía prestarle ayuda a mi tío, pero lo cierto es que no podía quitarle la vista a mi tía, su perfecta silueta se esbozaba en aquella tersa vestimenta delineando su tornada silueta, sin difuminarse en ningún momento por algún corte de otra prenda debajo. Es que no ...
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