Los deseos de mi ama
Fecha: 02/07/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos
... amiguito sube a la habitación a por unas cosas, voy a entrar en Mazmorra para buscar a algún sumiso que dirija mi placer a distancia y maneje el Lush que tanto te gusta manejar a ti. ¿Te parece bien, zorra? ¿Te gusta que otro me de placer mientras tú te lo pasas bien con mi amigo sumiso?”
Con una potente erección que no pude controlar, y con cierta zozobra te contesté que me parecía genial que otro te hiciera disfrutar mientras yo obedecía a tu amigo, y así disfrutabas físicamente mientras lo hacías visualmente. Te reíste y, con esa voz alegre que ya no recordaba, me dijiste un “Te quiero” que me alegró la vida. Al rato escuché un silencio mientras te escuchaba teclear y después de un rato te escuché decir:
“Qué bien, cariño. He encontrado a un chico que además es de Pontevedra y al que ya he dado acceso al Lush! Mmm… tengo tantas ganas de correrme mil veces mientras disfruto de cómo te entregas a otro hombre para mí. Estoy feliz!”
Sonreí mientras te imaginaba en el sofá de tu casa de Pontevedra con fuego en tus preciosos ojos verdes, conocedora del disfrute asegurado que tenías por delante las próximas dos o tres horas. De pronto, un fustazo me hizo retorcerme de dolor. No lo esperaba y me quemó. Después otro, y entonces te escuché:
“Pedro, cariño… dale las gracias a Fer por tratarte como una puta y por azotarte como si fuera yo la que lo estuviera haciendo. Quiero escuchar alto y claro tu agradecimiento después de cada fustazo”.
“Fer, ¿te importa azotar a ...
... mi puta cincuenta veces? Tengo ganas de ver cómo se retuerce y me entrega su dolor”.
Fer contestó un “como desees, Señora” y comenzó a azotarme con bastante fuerza y con un ritmo que apenas me dejaba darle las gracias entre fustazo y fustazo, sin embargo me esforcé porque escucharas claramente mi “Gracias, Fer” después de cada impacto, aunque alguno estuvo a punto de hacerme caer.
Sentía mi piel abrirse y mi culo arder de dolor, pero todo se esfumó cuando escuche en los auriculares tus gemidos aumentando de nivel, y como segundos después te dejaste ir fruto de lo que claramente era tu primer orgasmo de la mañana. Te conozco bien, y distingo las fases de tu placer tan solo escuchándote… y del mismo modo que sabía que te habías corrido, estaba seguro que querrías correrte otras tres o cuatro veces más de forma consecutiva. De hecho, te escuché decir:
“Mmmm… qué placer, cariño. Este sumiso que he encontrado en Mazmorra sabe usar el Lush mejor que tú, zorra. Más vale que mejores si no quieres que te quite el puesto. Voy a pedirle que me lleve hasta otro… pero estaba pensando que me ayudaría ver cómo le comes la polla a Fer mientras tanto. ¿Te parece bien, cariño? ¿Vas a comerle la polla a Fer como si fuera yo misma la que lo estuviera haciéndolo?”
Mientras escuchaba cómo Fer se quitaba la ropa, contesté que le haría a Fer una mamada antológica para que estuvieras orgullosa de tu zorra. Me coloqué de rodillas y estiré mis manos, buscando su polla. Como seguía con la ...