Los deseos de mi ama
Fecha: 02/07/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos
... máscara puesta y mis ojos tapados, no sabía exactamente dónde estaba, pero pronto me encontré con algo en mis manos. Escuché cómo te reías y me decías:
“¿Es grande, verdad cariño? A mí me costó un poquito metérmela entera en la boca, pero con lo zorra que eres, seguro que tú puedes hacerlo. ¿Lo harás para mí, preciosa?
Contesté que sí, que lo haría encantado, y que le haría disfrutar para ti. Entonces, me dijiste:
“¿Cómo se piden las cosas, mi amor?
Y yo, furioso por dentro y excitado, contesté:
“Por favor Fer. Déjame comerte la polla. Lo estoy deseando… te lo ruego… te lo suplico. Permíteme darte placer y demostrarte lo puta que soy”
Escuché un gemido al otro lado del teléfono e inmediatamente te escuché:
“Fer… ¿te importa pegar un poco a mi zorra? Te aseguro que lo está deseando. Pedro, de rodillas y las manos a la espalda”
Obedecí inmediatamente y esperé el primer tortazo. Pero no fue eso lo que me golpeó la cara. Primero una vez. Después otra… y otra. Escuché tu risa mezclada con tu placer y entonces supe que Fer me estaba golpeando la cara con su polla. En vez de retirarme, abrí la boca y en cada pollazo que me daba en la cara intentaba lamerle. Eso te excitó, porque te escuché cómo decías:
“Pero qué puta eres, cariño…. ¿quieres polla, verdad? Tendrás polla, no te preocupes. Fer, coloca a mi zorra en la posición que quedamos ayer y fóllate su boca. Vamos… Estoy muy cachonda y quiero volver a correrme. Este chico de Mazmorra me está llevando al ...
... límite… aghhh”
Sentí que Fer me colocaba una brida en mis muñecas, y agarrándome por los codos me levantó con cierta violencia. Me colocó encima del sofá. Boca arriba y con el cuello colgando en el aire. El peso de mi cuerpo aplastaba mis manos inmovilizadas en la espalda, y sin poder apenas moverme, sentí cómo Fer empujaba su polla contra mí. Cogí aire, abrí la boca y ni siquiera pude comerle la polla como me hubiera gustado… porque comencé a sentir que era él quién me la follaba. Al principio poco a poco, mientras sentía que la comisura de mis labios iba a romperse en dos, por lo gruesa que la tenía. Luchaba por respirar mientras él empujaba su polla hasta el fondo de mi garganta, provocándome arcadas.
Cada vez que llegaba al final y me provocaba una arcada, echaba para atrás y comenzaba otra vez. Me la estaba follando muy lentamente, y escuchaba sus gemidos de placer en los auriculares que llevaba debajo de la máscara. Sus gemidos se entremezclaban con los tuyos, y entonces, te escuché decir:
“Mmmm… cómo me gustas, Pedro. Fer, yo creo que mi puta tiene ganas de un poco más de violencia. Fóllatelo aunque vomite, y no pares hasta que te corras en su garganta. Es una orden. Vamos… ¡Ahora!”
Fer apenas contestó un “como desees” y me folló la boca violentamente. Sus embestidas eran rápidas y profundas, y yo sentía que los mocos salían de mi nariz, los ojos me lloraban y las babas que salían de mi boca mezcladas con su preseminal y me empapaban la máscara por dentro ...