En la zona de confort
Fecha: 02/07/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... buscado mucho, y eso me da que pensar. Tú no eres así, o mucho has cambiado. Puedo aceptarlo todo, lo que no acepto es que me vengas con embustes.
—Eres muy perspicaz Natalia. Siempre lo has sido. Tienes razón, hay otra mujer.
—Es lo que imaginaba.
—He intentado hacerte el menor daño posible y pensaba que era el modo apropiado.
—¿La conozco?
—No hace falta saber tanto.
—¿Y no crees que lo sabré tarde o temprano?
—Supongo que sí.
—Pues dime quién es.
Domingo.
Santi se había llevado a los niños a ver el partido de fútbol. Teresa se vistió con su chándal nuevo, se calzó sus Nike, se miró al espejo y se gustó pensando que todo estaba en su sitio y en su justa medida. Se disponía a correr sus cinco kilómetros de todos los domingos cuando llamaron desde abajo. Pensó que algo se les habría olvidado y habrían vuelto a recogerlo.
Al descolgar el telefonillo vio en el video portero que era Natalia y se le hizo un nudo en el estómago. No le apetecía interpretar de nuevo el papel de amiga leal y sincera. Su idea era mantenerse al margen de su separación mientras durara el temporal para que no le salpicara también a ella.
Nada más abrió la puerta supo que ya estaba al corriente de todo, en vista de que la cara mostraba el reflejo del alma. Teresa no dijo nada. Ambas mujeres se miraron, se saludaron de manera fría y distante, y Teresa la invitó a pasar ofreciéndole un café que Natalia rechazó.
La situación era violenta y la tensión se cortaba en el ...
... aire. Ninguna de las dos parecía querer hablar hasta que Natalia rompió el hielo.
—No he venido a juzgarte, ni a reprocharte nada, aunque supongo que será inevitable que lo haga. Al final será el karma quien se encargue de todo eso, es la ley del toma y daca. El que seas una zorra roba maridos ya es grave de por sí, pero el hecho de que actúes con ese cinismo ya clama al cielo, y es lo que más me ha dolido. ¿Cómo tienes la desfachatez de ofrecerme tu caridad después de todo? Eso sólo puede hacerlo alguien tan despreciable que para purgar su comportamiento canallesco ofrece su compasión después de haber arruinado la vida de su amiga, en vez de dar la cara y asumir que lo que hiciste es lo más rastrero que pueda alguien imaginar, máxime, cuando se suponía que éramos amigas. Sólo dime una cosa, ¿por qué lo hiciste? —dijo haciendo una breve pausa. — Bueno, no importa. Como he dicho, al final es el karma el que se encarga de poner las cosas en su lugar. El que a hierro mata, a hierro muere.
—Lo siento Natalia. Tienes toda la razón del mundo. No puedo justificarme y no lo voy a hacer. No puedo volver atrás, tampoco enmendar el daño que te he causado. Sé que eso no es un consuelo para ti. Sólo puedo pedirte perdón.
—No quiero tus disculpas Teresa. Aún me queda algo de dignidad. Podría perdonarte si os hubierais enamorado el uno del otro y me lo hubieras dicho, pero no es así. Oscar te quiere, ¿pero tú le quieres o sólo quieres follártelo? Él es muy buen amante, eso ya lo ...