1. Vacaciones en ibiza


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me llamo Carla, y les voy a contar algo que me sucedió el verano pasado en una playa de Ibiza, y que aun a día de hoy, es el recuerdo principal de mis mejores fantasías...
    
    Mi marido y yo estábamos de vacaciones en Ibiza, y como todos los días, íbamos a tomar el sol a la playa nudista de Es Cavallet. Solíamos ir hacia las tres de la tarde, después de comer, para luego permanecer allí hasta las ocho, más o menos.
    
    Buscamos un sitio que no estuviera muy concurrido de gente, y allí extendimos nuestras toallas, mi marido clavó la sombrilla, para estar a la sombra en las horas de más calor, y nos tumbamos a tomar el sol.
    
    Recuerdo que mi marido estaba boca abajo, y yo boca arriba, apoyada en mis codos, con la mirada perdida en el mar, y en la gente que paseaba desnuda por la orilla, cuando llegó un chico y se puso enfrente de nosotros. No estaba al lado, pero si bastante cerca, cosa que me sorprendió, pero sin darle mayor importancia.
    
    Comenzó a desvestirse despacio, primero la camiseta, luego las bermudas, y a mi me picó la curiosidad de ver como estaba de dotado. Siguió con el bóxer, y lo que apareció me sorprendió gratamente. No estaba nada mal.
    
    La verdad es que el chico, sin ser una belleza de hombre, no estaba nada mal. Delgado, alto, moreno, fuerte y bastante bien dotado.
    
    El chico se tumbó boca abajo en su toalla, y parecía que iba a dormir una siesta.
    
    Mientras mi marido dormitaba, yo permanecía boca arriba, apoyada en mis codos mirando al mar y a la ...
    ... gente que pasaba por la orilla, y de vez en cuando, al chico tumbado que tenía justo enfrente de mi.
    
    De pronto, el chico levantó la cabeza de su toalla, y al levantar su mirada, justo me pilló cuando yo le estaba mirando a el. Me quedé un poco turbada, pues sabía que se había dado cuenta de que le estaba mirando, y entonces el me sonrió. Yo me quedé un poco sorprendida, pero reaccioné devolviéndole otra sonrisa.
    
    El empezó a mirar hacia otro lado, y yo hice lo mismo, hasta que nuevamente nuestras miradas se cruzaron, y nos regalamos unas nuevas sonrisas.
    
    El permaneció mirándome y sonriéndome, cosa que me empezó a poner un poco nerviosa, y de repente me lanzó un beso, y permaneció mirándome a los ojos y sonriéndome.
    
    Yo me quedé cortada, le devolví la sonrisa, y no se porqué, pero me di la vuelta y me puse boca abajo. Me había puesto nerviosa.
    
    Con el movimiento de mi cuerpo, mi marido se despertó, y me pidió que le acercara un cigarrillo de la bolsa de playa. Se lo acerqué junto con el mechero, y le dije que era el último de la cajetilla, lo encendió y empezó a fumar.
    
    Entonces yo le conté lo que me había pasado con el chico de enfrente, que me había lanzado un beso, pues no quería que si el chico me volvía a mirar le extrañase, y además se que esas situaciones le divierten y hasta le excitan un poco, pero no dijo nada.
    
    Así permanecimos un rato, mientras el fumaba, y entonces me dijo que iba a ir al chiringuito que estaba a unos cuatrocientos metros, a comprar ...
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