De casualidad
Fecha: 13/07/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... inmediato, se acostó sobre la cama y abrió sus piernas coquetamente para recibir a su macho. Estaba realmente excitada y totalmente dispuesta a disfrutar de su hombre sin perder la ocasión. Me excitó sobre manera la forma como Wilson abordó a mi esposa. ¿Empezamos así? o ¿lo quieres hacer de otra manera? le preguntó. Así está bien, respondió ella, pero ¡ya!, pronunció casi que, en tono de súplica, De modo que, con su consentimiento, él la penetró con mucho vigor y a mi gusto un tanto brusco. Sin embargo, ella pareció esperarlo con mucha ansiedad y realmente disfrutarlo, porque, no más sentirse penetrada, empezó a contorsionarse y gemir de manera un tanto descontrolada.
Él ya sabe lo que le gusta a mi esposa y cómo le gusta, de modo que empezó a desarrollar su rutina y hacerla gemir como sólo él sabe hacerlo. Su verga, tiesa y erecta, entraba y salía del cuerpo de mi esposa a voluntad, mientras, para generar más morbo, metía y sacaba su lengua en la boca de mi mujer, haciéndola coincidir con sus embestidas. Y ella, encantada, respondía al gesto, saboreando la lengua del macho y gimiendo al ritmo de sus embestidas. Daba gusto ver como ella empujaba sus caderas en respuesta a las aproximaciones del macho, haciendo ver que disfrutaba de la aventura a plenitud.
Wilson es un mulato aguantador, de modo que dura imperturbable meneando su pene encima de la hembra por mucho tiempo, aumentando la excitación y placer de sus conquistas. Mi esposa, en este caso, disfruta que los ...
... momentos de placer se prolonguen y es ella, quien, casi siempre alcanza sus orgasmos y termina antes que su macho siquiera muestre signos de agotamiento. Eso es lo que más valora ella de sus encuentros sexuales con él. Y esta vez no era la excepción.
Ponte de perrito, que te quiero dar por detrás, le sugirió él. Y ella, más que obediente, de inmediato se dispuso en la posición que él quería y expuso su cola, meneándola y empujándola hacia él, que más temprano que tarde la volvió a penetrar. Esta vez, moviendo su cuerpo a placer para encontrar en ella la respuesta adecuada. No sé por qué, pero ella encuentra muy excitante que, recostada de lado sobre la cama, él la siga penetrando desde atrás. Cuando lo hace, él toma las piernas de mi mujer y las levanta a voluntad, tal vez buscando generar mayor contacto o presión sobre su pene. Lo cierto es que ella disfruta de lo lindo en esa posición.
Ayyy, ayyy, ayyy, te siento rico, ¡dale! ¡dale! ¡dale!... es la fórmula lingüística que utiliza mi esposa para darle a entender a su macho que la tiene al borde del clímax y que la está follando como ella quiere. Y Wilson, que ya sabe cómo es la vuelta, procura hacer que su rutina siempre funcione. Ella, entonces, empieza a gemir más fuerte, a mover su cadera descontroladamente, a llevar sus brazos por detrás de su cabeza y, finalmente, a denunciar su extremo placer con un sonoro Uuuyyy… Ahí sabe uno que la cosa alcanzó el grado máximo de excitación y disfrute.
Después de aquello, ella ...