De casualidad
Fecha: 13/07/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... mientras la besaba y la acariciaba por todas partes de su cuerpo. Ella, aun congestionada por la profunda emoción que había experimentado, solo atinaba a responder a los besos del macho con la misma intensidad con la que él lo proponía. El momento fue la culminación de aquel placentero y excitante encuentro. Ya, ambos, más calmados, y pasada la calentura, se dieron una pausa y quedaron allí, tumbados en la cama, charlando un rato.
Ufff, dijo ella, está vez nos pasamos de la raya. ¿Por qué? Preguntó él. No sé cuántas veces habré llegado, pero, de verdad, fueron muchas. Mirá cómo humedecí la cama. Me sentí chorreando líquido todo el tiempo y muy excitada. Algo sucedió esta noche, que todos mis sentidos explotaron de emoción. TE sentí muy rico, más que las otras veces. Estuvo super, de verdad. La pasé muy pero muy rico.
Laura, yo también la pasé bien, dijo él. Dicen que las causalidades no existen, así que hoy nos teníamos que ver. Era hoy o nunca. Y creo que valió la pena. Usted ¿qué dice, patrón? Pues yo estaba que me hacía pajas de la emoción de verlos a ustedes tan excitados disfrutándose el uno al otro. Vi a la dama muy emocionada con cada una de sus maniobras, así que valió la pena encontrarnos y pasar esta velada. Casualidad o no, pienso que todos quedamos satisfechos. ¿O, no? Y no sé si ella todavía tenga energía para darse un sexual adiós.
No fue más sino decir eso y ella, entusiasmada como estaba con su semental, se agachó para meterse aquel pene una vez más ...
... en su boca y, de a poco, sentirlo crecer y ponerlo a punto de nuevo. Le lamía el glande y masajeaba el tronco de arriba abajo. La verga de nuestro amigo se puso erecta otra vez, y otra vez surgió en ellos el deseo de compartirse. Wilson se montó sobre mi esposa, en la posición del misionero, ¿Me puedo venir dentro de ti?, le preguntó. Sí, respondió ella, no hay problema.
No hay problema es la aprobación absoluta para que el amante haga con ella lo que quiera y, en este momento, Wilson solo se limitó a penetrarla, y meter y sacar su pene de la vagina de mi esposa, que, encantada, rodeaba el torso de él con sus piernas, aferrándose con las manos a sus nalgas, sugiriendo que fuera más profundo dentro de ella y siguiera haciendo lo que estaba haciendo, al parecer más que bien.
Esta vez, el intercambio sexual tuvo un matiz más romántico y amoroso. Más que sexo desenfrenado, realmente se estaban agradeciendo por lo vivido y cada movimiento era sutil y delicado. Ya no había brusquedad en los embates del macho sino delicadeza en las atenciones con su hembra, que, agradecida, respondía con cálidos y amorosos besos las atenciones de su macho. Más pronto que tarde Wilson aligeró un poco sus embestidas y, en un momento dado, apretó su cuerpo contra el de ella, señal inequívoca que su trabajo había llegado a su fin.
Ella lo supo, porque, según ha dicho siempre, la textura de la piel en la parte baja de la espalda se altera, como piel de gallina. Y de esa manera ella identifica que ...