La taxista
Fecha: 15/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Aizpurua, Fuente: CuentoRelatos
... y empezó a acariciarlo. Usaba las yemas de sus dedos para acariciarse.
Luego se la puso en el pecho y se acarició por encima de la ropa. Estaba cachonda, tuvo que calmarse, porque no podía masturbarse mientras conducía. Tal vez podría hacerlo en la estación. Finalmente llegó a la estación y la encontró vacía. Eso era habitual porque o estaban en sus casas, o haciendo rutas nocturnas. Entró en su vehículo, comenzó a maniobrar hasta su puesto y se estacionó. Se bajó del auto, caminó hasta salir del estacionamiento y fue por un pasillo en donde estaba la oficina de su supervisor. Se acercó a la puerta para ver si estaba, porque se podía escuchar a través de esta. A veces lo escuchaba hablando, pero esta ocasión era diferente. Escuchó gemidos ligeros y sabía de qué se trataba. Su jefe estaba viendo porno, aunque podría haber metido a una chica, pero, en su opinión, era demasiado patético para eso.
La puerta estaba ligeramente entreabierta. Al parecer cuando entró, se descuidó y no cerró la puerta correctamente. Ella sintió curiosidad, así que sutilmente, se acercó, inclinó y miró por abertura. Lo que vio lo confirmó, estaba viendo porno, sentado en su cómoda silla. Apenas estaba empezando, porque se veía tranquilo y apenas se desabrochaba la camisa.
Ella pensó en irse, pero le despertó curiosidad y terminó espiándolo. La pantalla del ordenador estaba de espaldas a ella, no podía ver, pero escuchaba los gemidos. El miraba boquiabierto, por lo que el video debía de ser ...
... bueno. Pronto, él se puso la mano en el pecho, acarició su piel en el pecho, se abrió más la camisa...
Hmmm… Estás pasándola bien, ¿no?... Pensó mientras sonría pícaramente.
Bajó las manos por su pecho, llegando a su abdomen, al estar sentado en el escritorio no podía ver bien. Pero era claro a donde estaba hiendo todo, pronto iba a empezar la «faena». Escuchó como se abría el cinturón y se bajaba la cremallera...
No puedo creer, que este viendo esto... Iba a retirarse, pero tuvo la opción de espiar a su jefe.
La cosa comenzó a ponerse más intensa, su jefe se estaba entregando al placer. Se levantó para acomodarse en la silla, fue cuando ella vio su «armamento». Fue por un momento, pero fue suficiente para ver lo bien proporcionado que estaba. Ella se sorprendió por aquello…
Vaya, tiene algo «interesante» después de todo...
Ella ya venía excitada, con lo que estaba viendo llegó al tope. Comenzó a acariciarse el cuerpo, por encima de su ropa. Se le ocurrió la alocada idea de tener sexo con él, a ella nunca le había parecido atractivo, pero ahora mismo estaba excitada…
A la mierda… Pensó… Voy a jugarme el todo por el todo…
Ella quiso tomarlo por sorpresa, por lo que abrió con suavidad y lentitud. La puerta era nueva, en buen estado, por lo que no chirriaba, ni hacía ruido. La abrió con suavidad y lentamente entró a la oficina, iba con cuidado de no hacer ruido. Su jefe estaba en faena, porque miraba la pantalla embelesado; eso sumando los gemidos y las ...