Una apuesta y un deseo no confesado
Fecha: 15/07/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... luego, una vez los ojos se acostumbraban a la falta de luz, su hermosa desnudez ante mí.
La profesora de Introducción al Derecho es una pelirroja que mide 1.55 m, delgada, pero curvilínea. Su larga y ligeramente ondulada cabellera color bronce siempre iba tomada en una cola de caballo hasta el final de la primera cita. Usaba, además, unos horribles lentes de gruesos cristales que más que ayudarla a ver el mundo, la ocultaban de él, pues dueña era de finos, delicados y lindos rasgos faciales, sobresaliendo sus gruesos labios los que enmarcaban una generosa boca.
Aquella pelirroja en poco más de metro y medio podía presumir, mas nunca la vi hacerlo, de exhibir estrechos, tanto hombros como cintura; perfectos senos de mediano tamaño, coronados ambos por breves aureolas cada una finamente rematada por rosados y bien definidos pezones.
Proporcionadas eran las caderas. Las excitantes curvas fluían hasta un armonioso culito, sensualmente antecedido por dos pícaras margaritas que sobresalían rematando su espalda baja. Este bello trasero no era ni grande mi pequeño, formado por firmes y redondos glúteos elegantemente sujetos a dos estilizadas y largas piernas, apoyadas ambas en dos bellos pies de finos dedos. En fin, estimo que sus medidas andaban por los 80-60-90.
Miró al suelo todos esos segundos de contemplación hasta que levantó su rostro, buscando el mío. En cuanto nuestras miradas se cruzaron se acercó dos pasos, deteniéndose a escasos centímetros de mí. Sin ...
... quitarme la mirada, señaló en el tono más casual que pudo reunir:
Fresia: pensé mucho en si correspondía o no esto… y finalmente decidí que ambos somos mayores de edad -comenzó a tocarme, el torso, estómago para bajar no muy lentamente hasta la entre pierna- y si no mezclamos los roles… creo que no debiésemos tener ningún tipo de dificultad… Además… quiero saber si se cumple eso de que estás seguro que soy una mujer que me veo mejor sin ropa que con ella…
Yo: -retrocediendo unos centímetros solo de lo nervioso que estaba-. Pues… definitivamente luces mejor sin ropa…
En un arrebato reduje aún más la distancia que nos separaba con el fin de besarle los labios, pero en un rápido y suave ademán, interpuso su suave y aromática mano derecha entre las bocas, sonrió y comenzó a agacharse. Bajó hasta quedar a la altura de mi ya excitada polla. Una vez allí, bajó mis pantalones y slips para luego dar inicio a una deliciosa mamada.
Recuerdo que esa noche tuvimos tres prolongadas, a veces tiernas, a veces bruscas, sesiones de caliente sexo. Sin embargo, no fue hasta el sábado a media tarde cuando nos dimos el primer beso en la boca como corresponde. Recuerdo que fue largo, húmedo, acariciado y manoseado, erótico y tierno a la vez.
El domingo agonizaba cuando juntos alcanzábamos un último orgasmo. Durante todo este tiempo habíamos practicado el sexo repetida y constantemente. Realizamos todo aquello que se nos ocurrió y en el proceso no dejamos de reírnos, conocernos y entregarnos ...