1. Nueva normalidad


    Fecha: 23/07/2025, Categorías: Incesto Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... explicará lo de la ropa estarían perdidos. Pero Lucia estaba asustada.
    
    —Pero es sin arrugarse Lucia
    
    —dijo chava —nada que una vez o que ya no. Porque esa feria nos la va a cobrar mi papá.
    
    —¡Ya dije que si!
    
    —Bueno pues primero lo primero—dijo Betito tomando la caja de ropa —ponte bonita.
    
    —¡No mamen no!
    
    —¡He! ¿Ya empezamos con cosas?
    
    —Pero... Bueno, ¿qué me pongo? Dijo abriendo la caja enojada.
    
    —el rojo, todo completo ligueros, tanga, todo...
    
    Lucia se fue a su habitación y se puso el atuendo. Se miró en el espejo y después de suspirar amargamente salió. Betito ya tenía una zapatillas de si mamá en las manos. Aunque ambos babeaban ante aquella imagen de Lucia, mantuvieron la calma.
    
    —te faltan las zapatillas para que te veas más puta.
    
    —¿Y para qué?
    
    —andale ya pontelas —en cuanto se subió a ellas sus culo se vio más levantado, giro para que ambos la mirarán y se detuvo.
    
    —¿Y luego?
    
    Betito la jalo hasta el sillón donde unas noches atrás se cogieron a su mamá y colocándola entre sus piernas la inclino, como si fuera a darle de nalgadas pero en lugar de eso, sus dedos al igual que con su mamá buscaron refugio en la tibieza de su sexo. La posición levantaba su culo de tal manera que el estímulo visual era inmejorable. Cuando Lucia se dió cuenta su boca respiraba sobre la verga de chava, que bajo su pantalón para dejar ante sus ojos aquella verga dura y grande. Le sujeto el cabello con ambas y empujó su cabeza hasta que sus labios chocaron ...
    ... contra su miembro. Sentía su respiración agitada, miraba fijamente al frente mientras chava restregaba su cara sobre su verga.
    
    —¡Ándale! Abre la boca —dijo ansioso y sus labios cedieron levemente llenando su boca con aquel sabor.
    
    Detrás, tres dedos entraban impacientes en su sexo mientras le abría las nalgas su hermanastro para escupir sobre su ano. Su piel se erizo al sentir las venas de aquella verga atravesar su boca y forzarla a retenerla dentro.
    
    —¡No mames que rico! —decía chava sosteniendo su cabeza para evitar que su verga saliera de su refugio.
    
    —¡Mira! —le mostraba Betito separándome las nalgas como tres de sus dedos se incrustaban en su panocha y los gemidos de dolor y desesperación salían a la fuerza por su boca.
    
    —¡Hggg! Haag! Mmm despacio cabrhhh gaaggh
    
    —No mames que deliciosa estás pinche Lucia—otro par de dedos entre la saliva escupida en su ano buscaban entrar, aunque ella apretaba para evitarlos el lubricante natural ayudo a qué cediera su culo.
    
    —¡Aaaah! Me duele no, sácalos no aaaah ay ay ya sacalaa ghhh haaggghh —el dolor era intenso y manoteaba para detenerlos pero era inútil. Aún así, Betito se sacó la camiseta y tomándole las manos tras la espalda, con un nudo rápido logro que su forcejeo fuera inútil. Luego volvió a meter tres dedos de su mano derecha en su panocha y dos de la izquierda en su cola.
    
    —¡ME DUELE!
    
    —¿YA ME PUEDES MAMAR LA VERGA? —dijo chava tomándole el cabello y llevando su verga hasta el fondo de su garganta.
    
    —¡Gimes ...
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