Te entregaste, gozaste y seguiste. Así te fue
Fecha: 24/07/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... formaba parte de sus propiedades.
Unos diez días habrán pasado del comienzo de esta etapa, de gozo con limitaciones, cuando un lunes me pidió vernos en casa cuando saliera del trabajo, pues esa tarde Mario pensaba llevar a alguien y no quería incomodar estando presente. La reunión fue de agradable charla, luego preparación de la cena y después la llevé cuando estimó que su marido habría terminado el encuentro.
Al día siguiente, un rato antes de la finalización del horario de trabajo, me llamó.
- “A qué se debe la alegría de esta comunicación?”
- “Necesito un favor tuyo”.
- “Dalo por hecho”.
- “Podrías venir a casa con mi marido”.
- “Encantado”.
Al llegar me saludó con la efusividad habitual pero a su esposo lo ignoró.
- “Quería hablar con vos en presencia de Mario, pero primero quisiera ponerme cómoda”.
- “Por supuesto, lo que quieras”.
Me hizo sentar en una silla previo haberme dejado desnudo de la cintura para abajo; en seguida se dedicó a erectarme el miembro con manos y boca para de inmediato levantarse la pollera, quitarse la bombacha y horcajándose en mis piernas, clavarse hasta el fondo.
- “Ahora sí puedo hablar. Ayer cuando me dejaste, apenas crucé la puerta me saqué los zapatos porque sentía dolor en los pies, y seguí rumbo al baño cuando escuché unos quejidos en el living. Al asomarme, oh sorpresa, lo veo a éste con un jovencito en cuatro, ambos desnudos y tu amigo embistiéndolo como si quisiera atravesarlo mientras el ...
... mariquita lloriqueaba y se quejaba de los empujes”.
- “Pero querida. . .”.
- “No terminé. De pronto este caballero empezó a bufar y a correrse para terminar tirado sobre la espalda del putito. Cuando se dieron vuelta pude ver que el joven, si hubiera tenido pechos y borrado la glotis, se lo podría confundir con una mujercita. También iba en contra de su femineidad una pijita erguida del tamaño de tu dedo mayor. Recién ahí escuche la voz del nene-nena “Yo también me quiero correr”. Por supuesto que mi esposo salió en su auxilio”.
- “Yo te ayudo chiquita”.
- “Entonces el diligente, que antes lo enculaba, tomó esa minucia con dos dedos y le hizo el subibaja unas cuantas veces hasta que un miserable chorrito saltó. Pero eso es lo de menos porque mientras lo pajeaba ambas bocas estaban unidas en un apasionado beso. Y así tenemos que quien pidió reservar esa parte del cuerpo fue el primero en entregarla. Silenciosamente, tal como entré, salí nuevamente, di una vuelta a la manzana, abrí la puerta haciendo ruido y directamente fui a acostarme. Cuando el infractor intentó acercarse lo corrí de mala manera”.
La cara de mi compañero mostraba a las claras lo mal que se sentía, cuando ella prosiguió dirigiéndose a mí.
- “Ahora macho mío, por favor, dame tu lengua”.
- “Querida, lo haría encantado, pero estoy al margen de este conflicto entre ustedes. Los dos me pidieron observar esa limitación y yo mantengo mi palabra. Vos ya allanaste lo que te correspondía, ahora le toca a ...