1. Te entregaste, gozaste y seguiste. Así te fue


    Fecha: 24/07/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... él”.
    
    - “Perfecto, escúchame bien basura malparido, o conseguís que Joaquín me entregue su boca o una de estas noches te vas a despertar sintiendo cómo, a martillazos te meto un clavo en sien, los dejo hablar tranquilos”.
    
    - “Por favor hermano, dale en el gusto o esta loca me va a matar, es muy capaz de ello”.
    
    - “No hay problema, yo me encargo, pero seguro que algo te va a costar”.
    
    - “Lo que sea, pero sacámela de encima”.
    
    - “Dónde está?”
    
    - “Seguro que en el dormitorio”.
    
    Y allí fui, al entrar me recibió su voz.
    
    - “Andate, no te quiero ni ver.”
    
    Sin dejar de acercarme a la cama, donde estaba en posición fetal de espaldas a la puerta, contesté.
    
    - “Pensé que conmigo no era el enojo”.
    
    Su respuesta llegó cuando ya estaba arrodillado al costado de la cama.
    
    - “Perdón, creí que era el porquería de Mario, seguro que te mandó a calmarme”.
    
    - “Por favor, no te muevas, me ves obedeciendo órdenes de él?”
    
    - “No, es que estoy con mucha bronca”.
    
    - “Te pido que con la misma pasividad que tuve para hacer lo que me pedías hace un rato, te dejes llevar ahora”.
    
    - “Bueno”.
    
    Al correr la falda hacia la cintura aparecieron las nalgas desnudas, pues la bombacha había quedado en el living y sobre ellas comencé a usar mi boca, recorrí cada glúteo y al incursionar en el canal divisorio fui interrumpido.
    
    - “Qué estás haciendo?”
    
    - “Darle algunos besos a ese ojito, tratando de convencerlo para que en poco tiempo y, bien relajado, me dé la ...
    ... bienvenida”.
    
    - “Ni se te ocurra, una vez probé y me dolió”.
    
    - “Dejá que él decida, no hay razón para apresurarse o presionarlo, cada uno tiene su tiempo”.
    
    - “No tratés de envolverme”.
    
    - “No es mi intención, déjame que lo mime y luego vemos”.
    
    Seguí el recorrido con la lengua llegando a la entrada vaginal; probablemente la rápida producción de flujo mojando toda la zona fue más producto del deseo contenido que de la sensación táctil. Ni lento y perezoso esparcí el líquido espeso alrededor del anillo estriado, cosa que la sobresaltó haciéndola fruncir el orificio.
    
    - “Quizá convenga que hagás de intermediaria entre ese ojo precioso y yo, te animás”.
    
    - “Ya me estás liando de nuevo pero acepto”.
    
    - “Le gustan mis caricias o prefiere más fuerte”.
    
    - “Dice que así está bien, pero que no vayas a forzar la entrada”
    
    - “Podré comerte la boca y las tetitas?”
    
    - “Sí mi cielo, es lo que deseo con locura”.
    
    Y para ello se dio vuelta, besándome y dándome de mamar cual bebé, mientras mis dedos seguían incursionando en ambos orificios de la entrepierna, desparramando lubricante natural entre ellos. Evidentemente la intervención de la mente hacía enorme la diferencia respecto de las reuniones anteriores. Su conchita cual pozo surgente expeliendo flujo, los músculos del cuerpo agarrotados y los arcos plantares semejando semicircunferencias, me llevaron a ponerla en cuatro y entrar hasta el fondo. Su sííí prolongado fue el preludio de la corrida convulsa que tuvo mientras yo, desde ...