Te entregaste, gozaste y seguiste. Así te fue
Fecha: 24/07/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... hacia el tendedero donde corté un pedazo de cuerda de unos tres metros volviendo hacia donde la parejita calmaba su calentura.
Cuando ambos alcanzaron su placer, matizado con exclamaciones y gemidos, hicieron el natural paréntesis de descanso hablando sobre cosas que, para mí, eran novedosas.
- “Creo que tu marido es más estúpido de lo que pensaba, o quizá te quiera tanto que eso lo lleve a soportar cualquier cosa con tal de no perderte”.
- “No lo sé, a veces veo dolor en su mirada y me da lástima, pero cuando te tengo cerca me olvido de todo lo que no sea disfrutar de buen sexo”.
- “Así me gusta, porque vos sos mi puta, y solo mía; yo no siento la más mínima compasión por ese imbécil, que se va sabiendo que apenas cruce el portón vos vendrás suplicando pija; y no estoy exagerando, apenas arrancó el auto te sacaste la biquini, viniste a mi lado para bajarme la bermuda y, empuñando el miembro lo ubicaste para tragarlo entero de una sentada”.
- “Vos sos el culpable que me mantenés en permanente excitación”
- “Puede ser, pero la puta que hace eso en presencia de otra pareja, con la cual no tenemos tanta confianza, sos vos; no te importó que el que recién se iba quede como el rey de los cornudos, el emperador de los astados, el mariscal de los boludos, pero eso importa poco, vamos para arriba que tengo que sacarme las ganas acumuladas”.
Rápidamente me oculté, viéndolos subir las escaleras llevando como única vestimenta los respectivos celulares. Sus voces me ...
... guiaron hacia la habitación donde estaban, ella en cuatro con las nalgas paradas y él vertiendo un líquido espeso en el ano, espectáculo que presencié desde la puerta.
- “Poné bastante que la última vez…”
La finalización de la frase quedó en suspenso al darse vuelta y ver un encapuchado con pistola en mano apuntándoles, lo que le hizo decir otra cosa.
- “Ay madre mía”.
El laborioso lubricador estaba tan concentrado en su tarea que reaccionó recién cuando mi mujer sin dejar de mirarme se hizo a un costado tapándose la boca; había que aprovechar la sorpresa.
- “El que se mueve o habla recibe; vos, culito lubricado, con esta cinta uní los tobillos y las muñecas del caballero. Seguro los voy a inmovilizar, ustedes eligen, disparos o cinta”.
Pálida y temblando hizo lo ordenado y después ató sus propios tobillos; después de unir las muñecas femeninas me senté, pues había llegado el momento de hablar.
- “Bueno, creo que ahora podré resolver algunas incógnitas”.
- “Vos debés ser el marido cornudo de esta yegua, y creo que lo más conveniente para vos es desatarnos, pedir disculpas, y salir con la cola entre las piernas, pues tengo que darle duro a tu mujer antes que lleguen dos amigos, ellos también le tienen muchas ganas”.
- “O sea que sos un tipo generoso”.
- “Nada de eso, les cuesta una caja de buen whisky, y quiero disfrutar antes, pues no deseo tener semen ajeno en la boca. Si te hacés el rebelde, cuando me desate, contrataré cuatro sicarios que te ...