Soltero por un fin de semana (Parte II)
Fecha: 06/08/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... Feña y Marce, estaban los perlas… parecían dos tórtolos, abrazados, acariciándose, tiernamente los rostros. De fondo, se escuchaban los gemidos de Feña que venían del pasillo que conduce a las habitaciones de visitas.
Yo: -carraspeé- dime, chico.
Valeska: soy yo la que quiere hablar contigo. Quiero pedirte disculpas.
Yo: mira Valy, si el chico no tiene atados contigo, yo tampoco. Es cierto que es mi amigo y lo apoyo, pero la experiencia me ha enseñado que en asuntos de pareja no hay que meterse. Si ustedes se perdonaron, sea lo que sea que se perdonaron, para mí está bien.
Valy: gracias, eres un buen amigo. Pero te puedo preguntar dos cosas.
Yo: jajaja. A ver…
Valy: de quien son los gemidos y es verdad lo que hizo Tare y que no te molestó?
Yo: son de una prima de mi esposa y sí y no. Al contrario. Me gustó. Por qué lo preguntas?
Valy: ya me conoces, soy copuchenta. Ernesto me dice que me acompaña, pero puedo quedarme?
Yo: por supuesto. Chico, llévala a la sala y dale un trago. Trátala como a una reina, ya sabes.
Mientras conversábamos no notamos que los gemidos habían cesado. Un par de segundos después de separarnos de un abrazo con Valy, por el pasillo se dejaron ver Feña y su esposo. Ella, con los pómulos encendidos y los ojos vidriosos. Vestía el mismo vestido playero, pero iba sin traje de baño esta vez, el menos sin su parte superior. Sus pezones eran puntas de lanza apuntando al vacío.
Feña: hola javo, se acabó el carrete?
Yo: que ...
... va. Acaba de llegar la esposa del chico. Se pusieron en la buena. Recién entraron. Síganlos, yo los alcanzo de una.
Claudio: voy al baño, querida. Te alcanzo en la sala.
Feña: ok, bello. Voy tras de ti. –bajando la voy y dirigiéndose a mí- tienes viagra?
Yo: -cerrándole alternadamente los ojos- se lo tomó en sus tragos. Deja que se recupere y rendirá… no seas malula. Ya vamos con los otros, no me mires así.
Fui salvado, literalmente por el timbre. Era la comida que habíamos pedido. Se presentó puntual a las 11 de la noche.
Yo: ven Feña, ayúdame, pues son varias bolsas.
Feña: te sigo.
El chico resultó ser un tipo de color, alto, musculoso, con el pelo muy corto, tipo militar y un acento muy curioso. No le quitaba los ojos de encima a Feña, quien, al notarlo, comenzó a exagerar sus movimientos con el fin de mostrar algo.
Yo: - en voz baja- cómo te llamas?
El chico: Artemis Piertarus Stevens Duboais.
Yo: gusta lo que ves? Cómo me dijiste que te llamas. Olvídalo, puedo decirte Pierre, cierto?
Pierre: oui y oui.
Yo: no digas oui, di si… es una broma… una broma. A qué hora terminas?
Pierre: Como máximo un hora más, por qué, señor?
Yo: trae dos botellas de whisky y dos de tequila cuando termines. Toma. Puedes, cierto?
Pierre: si, señor.
Yo: entonces, juegue. Toca el botón blanco no el rojo cuando llegues.
Tomamos todos los paquetes y entre Feña y yo los llevamos hacia donde estaban los demás. En la sala, los 6 comenzaban a repartir ...