1. Bienvenido hombre


    Fecha: 12/08/2025, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... su cuerpo buscando conformar el número que define una entrega recíproca en la que la pasión se hace dueña.
    
    No sabía si reír por el placer que experimentaba o llorar por el estúpido tiempo perdido, decidí gozar y en cuanto al tiempo trataría de recuperarlo a como diera lugar. Su boca en mi intimidad parecía que lograrían hacerme estallar y su mano jugando en la zanja y en el agujerito casi olvidado hacía que las estrellas bailaran conmigo en una danza de ensueños.
    
    “Visto que no hay café, tendré que conformarme con lo delicioso de tu néctar” me dijo, quizás lo que antes me hubiese resultado cursi o posiblemente fuera de lugar, se unificó con la profundidad de su lengua que horadando y lamiendo provocó una explosión y esa especie de corriente eléctrica tan particular que parecía desmembrar mi cuerpo.
    
    Aguantó mis movimientos y continuó lamiendo, besando y absorbiendo labios íntimos que aleteaban y una oquedad que se olvidó lo de ser tan fruncida. Su boca me elevaba a un Cielo muy particular que pocas mujeres experimentan y los estallidos de placer que, en mi caso, provocan lágrimas y temblores que se continúan, no se hicieron esperar.
    
    Se sorprendió con mis lágrimas y el “dame más” aventó sus dudas, después, ¿qué fue lo que no pasó después?... Yo diría que resurgieron maravillosas realidades que estúpidamente se guardan en un miserable “cajón” repleto de egoísmos.
    
    Ya la boca no alcanzaba, mis “explosiones” habían abandonado a su ariete y se giró nuevamente ...
    ... para que su dureza invadiera mi intimidad de forma lenta, lenta y profunda, logrando con ello que se embarullaran todos mis sentidos mezclando un dolor efímero que se hizo sentir en todo su recorrido y derivaba a la vez en un placer absoluto.
    
    Sus manos y boca en mis pechos y pezones endurecidos, las entradas y salidas de mi interior con delicadezas y urgencias me desquiciaron. Experimentar el momento en que me llenaba con su semen fue apoteósico, le correspondí con lo último que me quedaba de fuerzas y resbalamos abrazados en nuestra transpiración. La madrugada nos sorprendió mojados y agotados pero como el sueño nos vencía, haciéndonos un bollo y abrazados, nos entregamos a él.
    
    En un principio dije que habían pasado diez días y la práctica nos permite acaparar aprendizajes y experiencias nuevas cada vez más placenteras que solamente surgen y se comparten. Quiero y logro sentirlo en cada una de mis cavidades, ya no hay dolores y el placer, como nunca, se comparte a pleno.
    
    ¡Qué tremenda cantidad de tiempo perdido dando alimento a lo ínfimo del egoísmo!, por eso hoy, alejada de miedos e inseguridades, pienso y actúo distinto, a nadie volveré a decir que se abstenga de intentar pues los resultados pueden tornarse cercanos a lo “mágico”.
    
    Además, como nadie está exento, si lo negativo pudiese llegar a surgir, habría llegado el momento de aplicar esa inteligencia que decimos detentar para, simplemente, convertirlo en positivo.
    
    Respecto a lo que vivimos con mi hoy ...
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