Deseos y reproches
Fecha: 12/08/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... posteriormente descender por el tallo de una verga venosa hasta unos huevazos como dos pelotas que no dudó en introducirse en la boca, primero una, después la otra, seguidamente con la lengua golpeteó cada una de ellas y retomó el camino por el tronco hacia la cabeza morada, para entonces sí, abrazar con sus labios el cipote y dedicarle la mejor de las mamadas. Estaba claro que Ángela estaba disfrutando de la felación tanto como su amante. Carlos intentó no mirar y centrarse en darle placer a Tamara y se afanó en hacerle un cunnilingus repasando cada pliegue de los labios de un coño completamente depilado. Se recreó un instante en el pequeño botón mientras con un dedo presionaba el punto G llevando a Tamara a un grado de excitación importante. A continuación se incorporó para coger un preservativo y penetrar a la mujer, cuando advirtió al hombre montando a Ángela sin ninguna protección. Con las piernas completamente abiertas recibía al garañón que la embestía con vehemencia. Con la apertura de piernas reclamaba más espacio, sin embargo su amante las enganchó a sus hombros pensando en cederle un poco de amplitud al cornudo de su marido. Así era como se sentía Carlos mientras observaba a aquel tipo follándose a su mujer. Hubiese querido que los sonoros gemidos fueran de insatisfacción, sin embargo, eran todo lo contrario, estaba gozando como nunca, y por sus suspiros, incluso podría asegurar que más que con él. Quiso reprocharle que lo estuviese haciendo sin condón, pero ...
... tampoco quería ser un aguafiestas, de tal modo que optó por imitarla y penetrar también a la rubia sin preservativo.
Los gemidos iban incrementándose en cantidad e intensidad, envolviendo la habitación en una sonata de suspiros y sollozos. Carlos conocía a la perfección la sinfonía que indicaba cuando su mujer alcanzaba el orgasmo y estaba claro que estaba gozando de un prolongado clímax, al mismo tiempo que clavaba sus uñas en las nalgas de su follador. Era lo que tanto se había temido, que alguien consiguiese darle más placer que él, sea como fuere, intentó concentrarse en satisfacer a la bella mujer que tenía a su disposición, enroscándole las piernas en su cintura y acompasando sus embates con enérgicos movimientos de pelvis.
—¡Fóllame ahora por detrás! —le ordenó Tamara deshaciéndose de la postura, colocándose a cuatro patas y mostrando una fascinante panorámica de sus encantos. Carlos no lo dudó, asió sus caderas y alojó la polla de un estacazo en la ansiosa raja de Tamara para seguidamente iniciar un bombeo automático que se incrementó por momentos.
A pocos centímetros yacía Ángela de lado, con una pierna en alto mientras su follador percutía desde atrás con enérgicos embates. Sus miradas se cruzaron buscando la aprobación del otro, pero inmediatamente la vista de Ángela se perdió en el vacío sintiendo como su semental la horadaba hasta que se detuvo un instante para alargar la mano y hacerse con el tubito de lubricante.
—¿Te apetece que te la meta por el culo? ...