1. En familia con Paty


    Fecha: 18/08/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... suficientemente abajo, Salvador se reclinó frente a mí e inició besarme y acariciarme mi cosita, a Alfredo lo excitó y, él mismo, se arrodilló frente a mí, después de besarme la vagina encimita, me introdujo su lengua y me lengüeteo mi clítoris.
    
    Paty, que no se podía quedar atrás, me tomó de las caderas, me jaló hacia ella y me ha dado la lamida más rica, enseñándoles a los chicos, el cómo se hacía. De todos lo sentí hermoso, pero el que Paty me haya metido su lengua en mi hoyito, fue algo muy especial, yo explotaba, le tomé su pene a Alfredo, que era el que me quedaba cerca y, como agradecimiento, le dí una mamada que nunca olvidará.
    
    Paty nos observaba y repentinamente me hizo a un lado y ella se dedicó a continuar mamándole a Alfredo. Ví que lo llevaba casi a su momento de venirse. Se detenía, le apretaba y lo distraia y reiniciaba su actividad. Así lo logró hacer varias veces, Alfredo le pedía que ya le permitiera metérselo, pero la condenada de Paty antes de entregársele se enderezó y, distrayendo el momento caliente, propuso saliéramos a cenar algo, ya era tarde y algo se apetecía. Lo dejó trinando, todo caliente, pero dominado. Yo creo que lo hizo en venganza de que Alfredo se emocionara tanto al haberme comido mi cosita.
    
    Servimos ya algunos tragos de lo que yo ya había llevado, junto con limones, que no olvidé. Estuvieron todos de acuerdo y en vez de salir a cenar decidimos pedir unas pizzas y cenar en casa, con excepción de Paty, que todavía se atrevió a ...
    ... proponer que saliéramos a cenar, que ella invitaba. Alfredo fue el que primero se opuso y decidimos pedir las pizas, Paty salió perdiendo, ella tendría que someterse a la decisión de mayoría. En realidad, ella estaba de acuerdo, solamente le quería hacer más difíciles las cosas a Alfredo. Lo abrazaba, lo besaba y, sobre los pantalones, lo sobaba con mucho cariño, pero no le permitía se los quitara. Sí le permitía que él le hiciera lo que quisiera él hacerle a ella.
    
    Llegaron las pizzas, como hambrientos de hospicio nos avocamos a comerlas rápidamente, no solo por el hambre que teníamos, sino porque sabíamos que después de la cena nos dedicaríamos a la intimidad. Ceñábamos, en eso Paty volcó un vaso con bebida, se le mojó el vestido y fua a su recamara a cambiarse. Claro, Alfredo, como corderito, la siguió. Tardaron una eternidad. Salvador y yo terminamos, quitamos los restos de la mesa de la sala, en donde habíamos cenado y fuimos a preguntarles si estaban bien. En eso, el teléfono de Alfredo sonó. Él nos hizo la señal de que calláramos.
    
    “Si, mi vida, ya estamos en el hotel, acá ya es tarde, dos horas más que allá y no hay nada que hacer, solo vemos el noticiero.” Y siguió una plática corta contando más de la coartada. Terminó y todos nos reímos de él.
    
    “Control, ¿verdad? Ni te dejan respirar, pobre esclavo.” Le dijo Salvador.
    
    No nos dejamos distraer. Paty continuó castigando a Alfredo, pero, después del respiro de la molestia de la llamada, ella se doblegó y trataron ...