1. Cuatro me aman, y las cuatro son ajenas


    Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... pequeños con los pezones erguidos, con el color rosa de la juventud lozana que no amantó, después la sensación táctil de esas protuberancias duras que, al ser oprimidas y levemente retorcidas provocaron gemidos placenteros, y por último soborear, chupando, mordiendo y tratando de abarcar todo lo que me permitía la apertura de la boca.
    
    Y llegó el momento de comer el manjar principal ofrecido bien abierto por sus manos. Lo recorrí íntegro haciendo detenciones en el ingreso con suaves empujes de la lengua y sorbiendo el delicioso jugo lubricante. Al orgasmo lo gritó y casi me asfixia apretando mi cara contra su conchita.
    
    Cuando se recuperó de la corrida, segunda de la noche, me encontró sentado al lado de la cama en la silla que recién había traído del comedor, concentrado en su desnudez y preparando la pija que tenía a cargo la ejecución de la próxima etapa.
    
    - “Qué hacés ahí, en una silla?”
    
    - “Te estoy esperando mi amor y además disfrutando con la vista. Vení, sentate a caballo de mis muslos, de esa manera vas a poder gobernar el ingreso y luego el progreso. Es la forma de evitar el razonable temor al momento de cruzar la barrera del himen”.
    
    - “Ves que tengo razón, uno de estos pendejos me hubiera clavado en menos de lo que dura un parpadeo”.
    
    - “Yo voy a tener quieto el miembro y vos hacé los movimientos, es posible que duela un poquito o nada, dependiendo de su elasticidad, eso no lo podemos saber ahora. Sí es seguro que a la mínima incomodidad te ayudo a ...
    ... retirarte”.
    
    - “Dejá yo voy a sostener esta hermosura, vos acariciame toda, culito, tetas, todo. Ahora abrazo la cabecita con los labios, empujo hasta que tope y disfruto esos recorridos cortos pero sabrosos. ¡Ay que maravilla, qué delicia sentir que se estira hacia adentro y luego vuelve, así mi amor, me encanta sentir esa piel suave que me frota, sacá tu lengua para chuparla mientras me muevo”.
    
    - “Esperá chiquita, dame un respiro o mi leche queda en la entrada”.
    
    - “Nada más que unos segundos mariquita y empiezo de nuevo. Vamos que se estira, ahora atrás y de nuevo forzándolo algo más, ahora mi amor, hacelo vos, un solo golpe y hasta el fondo. Ay mi cielo ya te tengo íntegro, déjalo quieto, deseo sentirme llena, podés acabar adentro, mañana me toca la regla”.
    
    - “Otro respiro para demorar la explosión”.
    
    - “No, déjame galopar aunque sean pocas veces. ¡Estás palpitando, degenerado, cogérla así a tu sobrina, yo también me corro, mi vida!”
    
    Abrazados, mejilla contra mejilla nos repusimos, ella se vistió para irse y yo volví a la cama.
    
    - “No pienso lavarme, me llevo tu leche a casa, gracias Ale querido, nada ensombreció mi placer y he gozado como la yegua más puta. Me encantaría poder contárselo a mis hermanas y a mamá para darles envidia”
    
    El sábado siguiente hubo comida familiar en casa de mi hermano y la invitación fue de Gabriela que pensaba cocinar arroz con mariscos, plato del gusto de todos. Después de tan rica cena y sobremesa mi cuñada propuso ver una ...
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