1. Libertad condicional (II)


    Fecha: 30/08/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... Todavía estaba todo muy reciente, de tal modo que su atracción animal hacia él era manifiesta y Hassan contaba con ello. Se colocó su mugrienta camiseta de los Lakers para complacerla.
    
    —¿Quién es tu modisto? —bromeó ella viendo la andrajosa prenda de la que, al parecer no tenía intención de desprenderse.
    
    —Me peleé con Emporio Armani y ya ves. Es lo que hay, —dijo haciendo gala de su chabacano atuendo.
    
    Ambos sonrieron.
    
    —Pues aquí estamos, —señaló Merche esperando saber el porqué de su visita.
    
    —Quería darte las gracias por pagar mi fianza. No sé qué habría hecho sin ti.
    
    —¿Entiendes que no soy tu madre?
    
    —Lo tengo claro. Mi madre me abandonó. Eres mucho más que eso, —señaló, por lo que Merche quiso tragarse sus palabras.
    
    —Pues no actúes como un niño. Te he pagado la fianza. No tendría por qué haberlo hecho. Pero, al margen de eso, ¿sabes que me pones en una situación embarazosa con tus arrebatos y tus rabietas? El estar aquí en estos momentos ya me coloca en una situación comprometida, por no decir en un aprieto, sin mencionar el hecho de abandonar a otros clientes para satisfacer tus pueriles caprichos.
    
    —Antes no ponías tantos reparos para venir.
    
    —Las cosas han cambiado, Hassan. Creí habértelo dicho.
    
    —¿Tú crees que han cambiado?
    
    —No lo creo. Lo afirmo.
    
    —Bueno… ¿Cómo iba a darte las gracias si no? Te fuiste de la comisaría sin darme la oportunidad de hacerlo.
    
    —Podrías haberlo hecho por teléfono.
    
    —Soy un caballero. Las cosas ...
    ... importantes se dicen de tú a tú.
    
    —Sí. Te falta el sombrero, —bromeó. —Tu caballerosidad sería de elogiar si fuese auténtica, pero sabes que no lo es.
    
    —Menudo concepto tienes de mí, fierecilla.
    
    —Nos conocemos un poco, Hassan.
    
    —Es cierto. ¿Sabes qué pienso?
    
    —Sí, —afirmó.
    
    —¿Cómo lo sabes?
    
    —Tu entrepierna habla por ti y siempre va por delante. Vas a reventar ese andrajoso pantalón.
    
    —Veo que no se te pasa nada por alto. Eres muy observadora. Esa es mi fierecilla.
    
    —Esta vez no, Hassan. No hagas que me arrepienta de mi generosidad.
    
    —Todo lo que hice lo hice por ti.
    
    —No puedo creer que estés hablando en serio.
    
    —Créeme que así es. Era el único modo de llamar tu atención.
    
    —¿Sabes que eso es acoso?
    
    —Yo lo llamaría amor.
    
    —No degrades esa palabra a ese nivel. Nuestra relación era únicamente carnal.
    
    —¿Puedo preguntarte algo?
    
    —Adelante.
    
    —¿Me has echado de menos durante estos tres meses?
    
    —Mi vida ha estado muy tranquila todo este tiempo. Esa es la verdad.
    
    —Pero no has respondido a la pregunta.
    
    —Te mentiría si dijera que no, pero sólo en casos puntuales, —admitió.
    
    —¿Para aplacar tus picores? Yo lo he hecho cada día.
    
    —No sé si te he dicho alguna vez que quiero acabar con esto, o si te lo he dicho tropecientas veces.
    
    —¿Tu marido te hace feliz?
    
    —¿Y a ti qué te importa?
    
    —Eso es un no.
    
    —No, no lo es, es un sí.
    
    —Para ser abogada no sabes mentir, fierecilla. Sabes que si no soy yo será otro a quien busques en un momento dado ...
«12...456...12»