El cuñado (Parte 2)
Fecha: 08/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... frase-. Eres mi hermano. Sé que si te gusta, a mí también me gustará. -Pero… -ya me estaba desesperando su indecisión. Todo su cuerpo gritaba que quería continuar. -Bernardo, créeme, quiero hacerlo. No tengo miedo, sé que estoy en buenas manos. Por favor, déjame experimentar contigo. Quiero que me enseñes complacer. Quiero complacerte. Entonces se transformó. Tomó su conciencia y la encerró en un baúl en un rincón de su mente. Me tomó de la nuca y me enterró su tronco sin ninguna piedad. Una arcada y la sensación de ahogo acompañaron la penetración de su pene hasta mi úvula. Al principio me asusté por la sorpresa, pero un calosfrío recorrió mi cuerpo acompañado de una ola de excitación. Esto me estaba gustando más de lo que debería. Era genial sentir su verga en lo profundo de mi boca. Pero era más genial sentir que era Bernardo el que me forzaba a más. Sentía su fuerza aplicada en mi nuca, sentía su pene intentando entrar más. Sentí mis pulmones gritando por aire, y las lágrimas agolpándose en mis ojos. Y me encantaba. ¿Era normal eso? No lo sabía, ni ahora lo sé. Pero no me lo cuestioné. En el sexo todo se vale cuando están todos de acuerdo. Y yo lo estaba. Definitivamente mi hermano igual. Bernardo cada vez iba aumentando su dosis. Le calentaba que no opusiera resistencia y lo impulsaba a continuar. Creo que quería probar mis límites, pero todavía no los encontraba. Tiró de mi cabello para alejarme de su pene cuando el aire comenzaba a acabarse en mis pulmones. Me llevó ...
... hasta arriba y me besó. Mi garganta estaba fatigada, pero sentir su lengua jugando dentro de mi boca provocó un subidón de adrenalina. Mi mentón y cuello estaban llenas de saliva debido a la feroz mamada que le estaba haciendo. Él me secó y me acarició la mejilla, secando también la humedad de mis ojos. -Descansa un rato –dijo mientras mordía mi labio, aplicando más fuerza de la necesaria. Gemí de dolor-placer-. Déjame preocuparme de ti ahora. Me recostó en el sofá y se metió entre mis piernas. Descubrió mi pene, completamente duro y palpitante. Lo tomó con sus dedos y retrajo el prepucio, dejando a la vista el color rosa intenso de mi glande. Estando en esa posición pude recuperarme de la fatiga que me había causado la mamada que le estaba haciendo a mi hermano, pero lejos de que mi respiración se controlara, volvió a agitarse cuando su lengua comenzó a jugar en mi zona intima. Comenzó lamiendo justo entre mis piernas, en el ángulo que está en la articulación. Era una sensación bastante interesante. Un poco de cosquillas, un poco de humedad, calor, placer. Como resultado salía una risa nerviosa, mezclada con una pizca de jadeos y numerosas sensaciones ricas. Él iba jugando con eso, mezclando sensaciones y tocando puntos estratégicos con su lengua. Acariciaba mi bolsita escrotal, lamía la base de mi pene y besaba mi pubis. Llegaba hasta el comienzo de mi ano, y subía dando pequeños lametones hasta llegar a mi verga. Estaba ansioso por que metiera mi pene en su boca, pero me ...