El cuñado (Parte 2)
Fecha: 08/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... noté una gota de miedo a que yo rechazara o me espantara por esa petición. -¿Puedo? –pregunté con inocencia. -Todo tuyo –dijo. Llevó su dedo hacia abajo para extraer otro poco, pero yo ya me estaba abalanzando con mis labios preparados para abrazar ese trozo de carne. Escuché que ahogaba un gemido justo cuando mis labios se cerraron alrededor de su pija. Su mano se fue a mi cuello con la intención de tirarme hacia atrás, pero cuando hice la primera succión, su agarre perdió fuerza y se convirtió en una caricia. Se quedó quieto un breve momento, en donde su respiración se ausentó. Pero cuando se recuperó del impacto, se incorporó: -Hey. –me elevó la cara. Dejé que su pene saliera de mi boca y le coloqué atención-. ¿Qué haces? -Perdón –dije. Obviamente mentí; no lo sentía. Di el paso, porque de lo contrario, mi hermano no se atrevería a dar el paso decisivo. Simplemente apuré el asunto-. ¿No te gustó? Hice lo que tú dijiste que había que hacer. -No… O sea, sí –recompuso rápidamente-. Es que no me lo esperaba. Yo no estoy seguro de que esto sea una buena idea. -¿Por qué? –comencé a preocuparme. Bernardo se estaba arrepintiendo. -Porque somos hermanos y… -no tenía más argumentos. Pude ver en sus ojos que se libraba una batalla. -Es mejor que sea mi hermano, que un desconocido –dije. Creo que me estaba convirtiendo en un mal chico. Quería manipularlo-. Es decir, sólo si tú lo permites. Contigo me siento seguro. -Yo… -sus ojos me decían que él también quería. Podía sentir que ...
... lo deseaba con el alma, pero su parte responsable se negaba. Apuré la decisión y me fui acercando a su miembro. Mi ojos brillaron en deseo, y no pudo resistirse. Se quedó en silencio dejándome avanzar hasta que mis labios se posaron en su glande. -Esto nadie lo puede saber –dijo. -Nadie lo sabrá –reafirmé, y su glande desapareció en mi boca. Tomó aire y se quedó en silencio perdido en el placer. Cuando lo miré hacia arriba sus ojos emitían llamas. Respiraba agitado, lo que me daba a entender que la estaba pasando muy bien. Me hizo una seña y volví a despegarme de su pene. Todo su miembro palpitaba y relucía por mi saliva. -Si haremos esto, necesito saber que realmente quieres que pase –dijo. -Sí, lo quiero –iba a volver a mi trabajo, pero descubrí que eso no era todo lo que me quería decir. -También quiero saber hasta dónde quieres llegar -. -Hasta donde tú quieras –respondí-. Confío en ti. Me dejo en tus manos. Haz lo que quieras conmigo. -Pero… -estaba excitado y sorprendido por mi respuesta-. Eh. Tengo miedo de pasarme. Te juro que, en este momento, estoy sintiendo un montón de cosas locas. Hace bastante rato que perdí el control. No quiero dañarte. -No lo harás –le dije-. Si hay algo que no quiera hacer, te lo diré. Mientras no suceda, tienes terreno libre para hacer lo que quieras. -Me gusta rudo –dijo de pronto. Estaba ventilando más de lo necesario. Parecía un toro a punto de envestir-. Pero tú eres muy… -Me gusta lo que a ti te guste –dije antes de que completara la ...