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El cuñado (Parte 2)
Fecha: 08/11/2018, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... para que su pene no se saliera de mi culo. Yo estaba seguro que había escuchado crujir mi interior. Temía que, cuando su pene saliera, encontrarme una escena de un crimen; lleno de sangre y esas cosas. Y empezó a embestirme. Ardor y dolor en todo mi recto. Placer. A la segunda embestida me corrí. Grité y lloriqueé. Me desinflé y quedé como un muñeco de trapo. Bernardo gruñó en mi oreja cuando contraje mi ano por el orgasmo. Su brazo derecho envolvió mi cuello y me levantó para quedar pegado a su rostro. Y me penetró repetitivamente. Lamiendo mi mejilla y cuello. Gruñendo y gimiendo. Era simplemente genial. Mi cerebro se apagó y sólo existía las sensaciones. Toda mi mente estaba centrada en sentir cada centímetro de su verga y cada lamida que me daba. La cama golpeaba la pared de forma sonora y agradecí que no hubiera nadie en casa. Todo su cuerpo estaba en mi espalda, cubriendo completamente el mío. Ambos sudábamos y las cubiertas de la cama estaban mojadas. Me sentía tan pequeño debajo de él, y tan protegido a la vez. Aunque era irónico considerando que me estaba destruyendo por dentro. Delicioso. Mordió mi hombro, justo sobre el deltoides. Grité. Lo volvió a hacer. Eso dejaría marca, lo sabía. Cruzó uno de sus brazos por debajo de mi abdomen y me levantó. Nos maniobró de forma circense, y terminó él boca arriba y yo montándolo dándole la espalda. Sin sacarme su pene, me giró. Sentí mis tripas revolver. Sus caderas empujaban hacia arriba haciéndome saltar. Sus abdominales ...
... estaban mojados y contraídos, mostrando un torso perfecto. Tomó mi cabeza y la llevó a uno de sus pezones. Chupé y besé, yendo a uno y luego al otro. Mi pene se rozaba en su piel y supe que pronto me correría otra vez. Sus manos palmeaban mis nalgas, y las abrían para asegurarse de que todo su pene entraba en mí. Su ritmo aumentó y entendí que él estaba cerca del orgasmo también. Y lo mordí. Mordí su pezón con fuerza y pasión. Gritó, gimió y se contorción, a la vez que yo hacía lo mismo. Sentí electricidad en mi ano, que se deslizó hasta la base de mi pene, para luego subir por mi tronco y explotar en mi glande. Y casi me desmayé. Perdí brevemente la noción de todo lo que estaba sucediendo. En mi labio había sangre, mi ano dolía y ardía. Mi corazón zumbaba y podía escuchar que el de mi hermano igual. -¿Estás bien? –preguntó preocupado. -Creo que sí –respondí. La sangre venía de su tetilla. Creo que mordí más fuerte de lo que creí. -Que subidón –dijo. Lucía nervioso. Creo que se había asustado por mi episodio orgásmico intenso. -Fue… -comencé intentando respirar bien y formular las palabras-… loco. -Alucinante –sonrió. -Me duele todo –dije. No me podía mi propio cuerpo. Estaba full fatigado. -Es mejor que duermas –me dijo preocupado. Después de ese feroz orgasmo la luz de la culpa brillaba en sus ojos húmedos-. Perdón por todo. Yo…creo que me pasé un poco. Lo siento. -Está bien, no te preocupes –dije con voz apagada. Mis parpados pesaban y la fatiga no me dejaba hablar más. ...