El cuñado (Parte 2)
Fecha: 08/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... eres muy buena onda conmigo. Me siento mucho más cómodo y en confianza contigo. -Si es así, entonces ahora va la segunda lección –comenzó luego de dedicarme una sonrisa. Había recuperado su ánimo e irradiaba alegría-. Hoy nos masturbaremos. -¿Qué? –no me esperé que dijera eso. -Por algo hay que empezar –me guiñó el ojo-. Bueno, sólo si quieres, claro. Será genial. Aún recuerdo mi primera paja. Fue con unos compañeros del colegio. No lo sabía hacer bien, y me lastimé el frenillo. En fin. ¿Quieres? -Eh… bueno –dudé, aunque en realidad, fingí la duda. Estaba mil porciento seguro de que quería. Cuando miré hacia abajo, su pene ya estaba gordo y erguido. Era ligeramente más grande que el de Robert, de color canela y un glande rosa. Tenía testículos gordos y lampiños, y sólo una pequeña mata de vellos castaños en su pubis. Su glande era perfecto, e iba a la perfección junto con el grosor de su pene y su largo. Era una verga cuidadosamente planificada, ningún centímetro estaba de más, todo era lo justo y necesario de forma casi matemática. -¿Te parece grande? –me preguntó. Su pecho se infló de orgullo. Envolvió sus dos manos alrededor de su mástil, y aun así sobraba espacio-. Tú la tendrás igual, o quizás más. En poco tiempo verás como va cambiando. Miré instintivamente entre mis piernas, y desee que algún día se viera como la de él. Pues, en ese momento, era realmente penosa al lado del trozo de carne de mi hermano. Me miró y me animó a que lo imitara. Por el nerviosismo mi verga ...
... había entrado en pánico y no se había despertado. Mi hermano lo tomó como que necesitaba “inspiración”. Se levantó y recolectó algunas cosas e instaló el DVD. En ningún momento me perdía la forma en que su erección se mecía con cada movimiento. Se veía gracioso, incluso, pues él era delgado y su miembro sobresalía casi ajeno a su cuerpo. Era compensado con las dos bolas de carne que decoraban su culo, y que le daban un sexy equilibrio. Al rato, y sin perder su dureza, le puso Play a una película. La adelantó, y fui descubriendo que era una película para adultos. Se detuvo en una escena en específico donde dos hombres se follaban a una pelirroja. Eran dos hombres bastante guapos, aunque no tanto como mi hermano. Y la pelirroja… pues ni en cuenta. Mi pene comenzó a despertar, y no fue precisamente por la película, sino con el hecho de ver a mi hermano masturbándose. Su verga palpitante siendo abrazado por su poderosa mano. Su abdomen contraído y su respiración agitada. La forma en que se saboreaba los labios, y la manera escultural en que sus bíceps y abdominales se lucían. Era un espectáculo de infarto. Un ojo lo tenía en la reveladora escena de la penetración doble a la pelirroja, y el otro estaba sobre la verga de mi hermano. Aún no decidía qué era mejor. -¿Te está gustando? –Preguntó mi hermano sacándome de mi ensimismamiento-. La película. -Sí –respondí. Se me hizo gracioso e incómodo que hiciera la aclaración de que se refería a la película. Y continué de forma audaz-. Eso ...