LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA - Relatos Eróticos

LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA

... – Betty besó en la boca a Virginia. ¡Estas minas tienen algo entre sí! - Pero yo no tengo problemas en decirlo. Estoy muy orgullosa que hayas confiado en mí durante tu secundario. Sabía que no me traicionarías. ¿Y Dani, me dejarás hacerlo?
-Si claro, pero antes quiero cogerte…, y que me contés que pasó con Virginia…
-¿Sabés? En esos cinco años del secundario, nuestra convivencia fue genial. Romualdo me había puesto el departamento para que lo dejara en paz y pudiera coger tranquilo con todas las que quisiera. La llegada de Virginia fue un regalo único, no fue una mera convivencia. Fui yo, si yo, quien la atraje al sexo lésbico, sin dejar de practicar con los varones. – Mientras hablaba Betty, Virginia la iba desnudando, llenándola de besos. - Yo sabía que Romualdo, muy degenerado, la venía cogiendo desde chiquita, pero yo no quería que siguiera aprovechándose de ella, por lo menos no gratis, así que le enseñé a seducir a tipos que ponían plata, incluso mis amantes, que pagaban cualquier cosa por meter la pija en una conchita como la de Virginia.
-¡Jajaja! ¡Sos tremenda! – Virginia gozaba y se reía por el relato de Betty. - ¡Y las veces que vos te cogías a mis chicos!
-Bueno, parte del show… Intentamos el negocio de la mejor manera. Dormíamos juntas, con el mejor sexo lésbico, y yo traía mis machos y ella a sus jovencitos compañeros del secundario…, y a sus padres…, por supuesto. No les cobrábamos a nuestros respectivos amantes…, pero cuando alguno mostraba interés en ...

... coger con la otra…, bueno… ¡ahí les sacábamos la cabeza!
-No solamente los machos de Betty pagaban por mí… ¡Los chicos que yo traía pagaban por cogerse a Betty! ¡Los volvía locos! ¡Ella se las sabe todas!
-¡Veremos si es cierto! – Intervine en la comprobación.
-¡Cuando quieras! – Betty se agachó para darme un besito en la pija. – Pero te sigo contando porque tiene que ver con lo que pasa aquí. ¡Nos dábamos gran la vida! Y Virginia jamás se lo dijo a nadie. Yo te lo cuento, porque sé que tampoco lo dirás. Sé que la nena, tan preciosa como era Virginia a esa edad, tampoco lo dirá… ¿no es cierto?
-Si señora, no contaré nada… - Claudia entró en la conversación, aunque me parece que no le gustó nada que Betty me besara la pija. 
-Bueno…, hablé bastante. ¿Te la puedo mamar para tragarme tu semen? – Mientras decía esto Betty me la acarició. - ¿Tenés bastante?
-¡Si! ¡Papito tiene! ¡Hace cómo una hora que me acabó en mi conchita! – Claudia quiere darse protagonismo!
-¡Si, claro! Yo me la chupé directamente desde la conchita de Claudia! – Virginia también quería protagonismo.
-Si, tengo, pero antes quiero cogerte. Estás muy buena, culo y tetas maravillosas. ¡Me gustás mucho!
-Está bien mi amor, todos los agujeros que quieras.

-Primero quiero un 69. – Me acosté boca arriba. Betty se instaló de la mejor manera.
-Dale, vamos. – Se puso a mamar con decisión. Hice lo mismo con su concha. Tan exquisita como culo y tetas. ¡Dios, que bien mama! Le llegaba con la pija hasta la ...