1. La reeducación de Atrana (27)


    Fecha: 09/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... adelantó sus brazos en un vano intento de resistencia, porque Milena se colocó tras ella y la mantuvo sujeta mientras el vejete la iba desnudando.
    
    -No, no, por favor, noooooooooo… -rogaba Lucía inútilmente mientras sus ropas la iban abandonando. Por fin, cuando conservaba sólo las medias tres cuarto y los mocasines la asistente, a su espalda, le dobló el brazo derecho hacia arriba mientras le sujetaba la muñeca izquierda, hasta que la dolorosa torsión la obligó a arrodillarse ante el comerciante.
    
    -Sacale la pija fuera del pantalón. –fue la orden de la asistente.
    
    .Por favor, señorita Milena… Por favor, con hombres no… ¡Por favor!...
    
    Milena acentuó la torsión del brazo al par que, para evitar que la chica cayera hacia delante la mantuvo derecha sujetándola con la otra mano por la parte delantera del cuello.
    
    -Oíme bien, pendeja de mierda. Hacé lo que se te ordena o ya mismo te hago vestir, te llevo a tu casa y le cuento todo a tus papis. ¿Soy clara?
    
    Al oír semejante amenaza el espanto se apoderó de Lucía, desarmándola, dejándola indefensa por tan aterradora posibilidad.
    
    -No… Por favor, señorita Milena, no haga eso… -lloriqueó la adolescente mientras el viejo, excitadísimo, sentía su pija ya dura y lista para entrar en acción.
    
    -Obedecé ya o te llevo de las mechas a tu casa. –la apremió Milena y entonces intervino el comerciante.
    
    -No aguanto más, ganemos tiempo. –dijo y se quitó con movimientos veloces y torpes el pantalón y el calzoncillo, exhibiendo su ...
    ... pija dura y erecta, el vello púbico grisáceo y sus piernas flacas, blanquecinas y lampiñas.
    
    -¡Que me la chupe de una buena vez! –exigió.
    
    -Vos elegís, nena: o empezás a mamar o ya mismo a tu casa.
    
    Lucía vio a través del llanto que le velaba la mirada esa cosa larga y rosácea apuntando hacia su boca dirigida por una mano del vejete y a pesar de lo dramático de la situación que enfrentaba y de ese dolor en el brazo torcido cruelmente por Milena pudo pensar: si sus padres de enteraran de quién era realmente su hija, ella no soportaría tamaña vergüenza y las probables consecuencias que eso acarrearía, pero en cambio, seguir adelante, soportar el escarnio, el castigo, la humillación y hasta el asco de ser usada por un hombre implicaba, a la vez, la posibilidad de decir basta si en algún momento la esclavitud superaba sus fuerzas, según había aceptado Amalia.
    
    Cerro entonces los ojos, abrió la boca y sintió la pija que le entraba hasta la garganta y sintió también que desaparecía el dolor en el brazo y quedaba el asco de tener esa cosa larga y dura en la boca, esa cosa que iba y venía.
    
    -¡Chupa, pendeja, chupá! –exigió el anciano y ella lo hizo a pesar del asco, chupando y lamiendo esa pija que iba y venía dentro de su boca hasta que el vejete decidió que era suficiente y que ahora se imponía la penetración.
    
    Ni siquiera se le ordenó que se inclinara sobre el mostrador, sino que entre Milena y el viejo la pusieron en esa posición, como si fuera no una persona sino un ...
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