LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA 2 - Relatos Eróticos

LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA 2

... pija en la concha o el culo y hacer gozar a las nenas… ¡cómo si estuvieran en el cielo! ¡Es todo muy lindo! ¿Nunca te la metieron? ¿Ni cuando eras chiquita?
-Bueee…, meterla no, pero tengo un tío, hermano de mamá, que cuando era chiquita me dio su pistolín para que me lo metiera en la boca y luego me besó y chupó la cachucha.
-¿Te gustó eso?
-Si, me gustó… - Era una nena normal… - ¿Quiere usted, profe, hacerme eso? ¡Me gustaría! 
-Sacate la bombachita. 
-Si, si, claro. – Se la bajó. Me agaché y puse mi boca contra su conchita. ¡Toda mojada! La lamí, besé y chupé. Tuve que fijarme no tener ventanas abiertas, porque la nena gritaba como loca.
-¡Qué lindo! ¡Qué lindo! - Le metí la lengua y tiré con los labios del clítoris. - ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Me hago… ¡ME HAGO PIS! ¡OTRA VEZ! 
La apreté contra mí, y chupé el exquisito fluido que expulsaba.
-¡Ay profesor! ¡Qué vergüenza!
-No es pis, tesoro. Es el juguito que te sale de la conchita porque te gusta lo que te hago. ¿O no te gusta?
-¡Siiii! ¡Me gusta muchísimo! ¡Nunca tuve algo que me gustara tanto! 
-Mirá tesoro. Vamos hacer muchas cositas si tu mamá te sigue trayendo, pero tenemos que ir poquito a poco. ¿Sabés? ¡Hay que tener paciencia! Ahora andá al baño. Lavate bien y ponete la bombachita. Fijate que estés bien peinada… Me parece que te despeinaste un poquito por mover la cabecita. 
-¡Es que me gustó tanto que no pude quedarme quieta! – Se levantó y fue hacia el baño. Ya sabía dónde era. Al ratito volvió perfectamente ...

... “acomodada”.
	Me levanté para volver a mi pantalón. La carpa que tenía en el pantaloncito era impresionante. La nena miró sin ningún disimulo, como si no supiera de que se trataba. 
	Volvimos un ratito a las lecciones…
-¡Ay profesor! ¡Me gustaba mucho sentir su pierna contra la mía…! ¡Me tocaba y era tan lindo!
-El sábado próximo lo hacemos otra vez. - Le hice una caricia en la mejilla y la guié hasta la puerta. La mamá había llegado.
	¡Otra próxima semana! ¡A esperar a la nena y a disfrutar de Ofelia al mediodía y a Claudia y Tina -¡JUNTAS!-, el miércoles a la noche. ¡Ya te lo voy a contar!

-Si ingeniero, la nena me pidió por favor, venir un par de lecciones más… ¿Es posible eso? Yo… no quiero crearle más problemas, ingeniero… ¿Comprende? – La doña me estaba diciendo que ahora quiere que la nena termine pronto, para darme la “propina”. – Pero… si ella necesita más, no le puedo decir que no. 
-No se preocupe, Lorena. En cuanto Karina esté lista yo le aviso.
-Gracias, ingeniero. Muchas gracias. – Ambos sonreímos. Ya veré cuando la nena “esté lista”.
	Como siempre nos instalamos en la mesita. 
-Karina, tesoro, me voy a poner el pantaloncito… ¿te molesta?
-¡No! ¡Para nada! – Parecía que ella traía cada vez una pollerita más corta. No creo que la mamá la dejara. Es mi ansiedad la que me hace verla así.
	Me cambié, tal como la vez pasada, pero ahora me hice una rápida paja para volver con la pija bien erecta. Ella volvió a mirar con atención, sin el menor disimulo. ...