JUGANDO CON KARINA - Relatos Eróticos

JUGANDO CON KARINA

... pasaba no era que se orinaba…, sino que eran hermosos orgasmos…, que yo chupaba totalmente. Así, como a vos, que acabaste cuando te cogía por el culo y te acariciaba y besaba la espalda. A tu hija también le gustó, como a vos. ¿Qué hay de malo en eso?
Mientras hablaba, yo no dejaba de hacer palpitar mi pija dentro de su concha, y la acariciaba y besaba, cuello, ojos, espalda, todo lo que estaba mano. La humedad de Lorena chorreaba por mis piernas…
-Y…, y…, ¿le hiciste algo más?
-Todo lo que ella quería. Y me contó que el tío, tu hermano, le puso la pija en la boca cuando era chiquita…
-¡Ese hijo de puta! ¡Lo voy a matar! – Lorena estalló. La tuve que agarrar fuerte para que no se saliera.
-Te dije que no tenés que decirle nada a nadie. Me entero de lo contrario y no me verás nunca más. ¿Entendés?
-Pero… ¡cómo voy a dejar que haga eso!
-Ya lo hizo hace años, ahora no arreglás nada, y a tu hija le gustó, me lo dijo, y me dijo que tenía la boquita chica, y no le puso nada más que el glande. Y no pasó nada nada, todo bien.
-¿Nada, nada más? – Lorena insistía.
-Karina me dijo que le acarició la conchita con la misma pija…, pero no la metió ni lo intentó. Y así terminó.
-¿Y vos? ¿Qué más le hiciste?
	Ahora viene lo difícil. Quiero hacer creer a Lorena que ella tiene mucho que ver en lo que haga con la nena. ¡Es importante para que se sienta bien!
-Y…, más allá de besarla toda, toda…, no hice nada más… ¿Qué querés que te diga? Tu nena es preciosa…, será tan hermosa ...

... como vos. Yo…, yo…, no sé cómo decírtelo…
-¿Querés cogértela? - ¡Al fin, lo entendió!
-Y… si. Es tan hermosa… y me da tantas ganas…, pero no quiero hacer nada que vos no quieras. ¡Ella es tu hija! ¡Y yo te respeto mucho, muchísimo! – En realidad solamente me faltaba abrirle el culo. 
-Si…, gracias mi amor. ¡Sos único! ¿Karina quiere que la cojas?
-Bueno…, querida. No le pregunté eso. No quiero hacerlo si ella no lo quiere y si vos no me autorizás. Es muy importante en la vida de tu nena. No me lo dijo expresamente, pero me parece que es virgen…
-Si, claro. Por lo que sé, nunca tuvo una relación sexual con alguien. Lo de mi hermano no lo sabía…
-¡Pero no se la metió! Me lo hubiera dicho.
-A vos…, pero a mí nunca me lo dijo.
-¿Te parece que le pregunte si es virgen?
-No, no. Si te tiene tanta confianza y… amor…, creo que te lo hubiera dicho.
-¿Crees que tiene “amor” por mí?
-Si, lo creo. Ahora entiendo porque está tan contenta. Siempre cantando, canturreando, hace todo lo que le pido contenta y rápido. Jamás protesta por nada que le pido. ¡Ahora sé porque! ¡Por lo que hace con vos! ¡Por eso está tan contenta! Si le pedía coger con ella no te va a contestar otra cosa que ¡SIIII!
-¡Jajaja! ¡Qué exagerada!
-Si, mi amor. Estoy segura que ella quiere que la cojas… ¡Es lo que está esperando!
-Yo…, yo…, mi amor. No se lo puedo pedir. ¡No quiero que esté dispuesta a hacer algo porque yo se lo pida! ¡Quiero que ella sienta el deseo! – Por supuesto que yo sabía que eso era lo ...