JUGANDO CON KARINA 2 - Relatos Eróticos

JUGANDO CON KARINA 2

... concha!
-¡Me imagino!
Luego de la mamada empezamos a los besos, mientras que Lorena me bajaba el pantaloncito, volvió a manosearme la pija, y con sus caricias me la puso como un bate. Volvió a arrodillarse, y muy suavemente, comenzó a besarme el glande y lamerme a todo lo largo, hasta mis huevos, incluido el escroto. Me acosté boca arriba, y Lorena volvió a ponerse la pija en la boca, besando y lamiendo, mientras sus gemidos me llevaban al paraíso.
-¡Aaaahhhh! ¡Uuuummmm! - Subía y bajaba sus labios por el tronco, ensalivándola totalmente. Permanentemente besaba el glande. 
Como estaba boca abajo, sobre mí, le subí la falda que no había retirado, y le metí un par de dedos en el culo, haciendo un mete y saca. Lorena tiene el culo bien entrenado y flexible, pero nunca está de más dilatarlo un poco. Con el pulgar llegué a la vulva. También lo metí. Después de un rato, se incorporó, se dio vuelta, me tomó la pija y, agachándose se la fue introduciendo, mientras se sentaba sobre mí. Apoyándose sobre sus manos se tiró hacia atrás, por lo que pude amasarle las tetas. Lorena seguía cabalgando despacito. 
-¡Tesoro! ¡Estoy por acabar! ¿La querés en la concha?
-¡No, no! ¡A la boca! – Salta de una, dándose vuelta se tira nuevamente sobre la pija, justo a tiempo! Saltaron varios chorros, y Lorena los saboreó recorriendo su boca con la lengua, antes de tragarlo. 
	Volví a sus tetas y a sus pezones. Ella volvió a cabalgarme, de frente. Yo seguía con la pija dura, sin semen, pero ...

... dura, gracias a las pildoritas. Después de un rato cabalgando, se incorporó y se colocó en cuatro. Era lo que esperaba. Comencé a pasar mi lengua por la raja del culo, introduciéndola en el ano. Luego bajé hasta la concha, llegando al clítoris. Fue el momento de su orgasmo. Ahora me tocó tragar a mí. ¡Delicioso!
Me erguí y la tomé de las caderas. Con una buena sacudida, se la enterré hasta el fondo. Así me quedé bombeando, acariciando las tetas y besando la espalda. Lorena gemía y movía el culo al ritmo de mis embestidas. Yo no podía acabar todavía, pero ella sí…, y dediqué una de mis manos a su clítoris, acariciando y rosando… Su nuevo orgasmo no se hizo esperar. La noche junto a Lorena fue genial, como siempre. ¡Es tan dulce y cariñosa! A las seis, más o menos, me fui. Veremos que puede armar Lorena.

Al fin se hizo. Luego de un par de semanas en que seguimos como siempre, cada miércoles y cada sábado, llegó el día en “viajaban” las dos. Tal como habíamos quedado, me estacioné bajo un discreto árbol a un par de cuadras de la plaza del pueblo, frente a la que estaba la estación de ómnibus. Las estaba esperando con la puerta del acompañante entreabierta, a fin de no perder tiempo y evitar miradas indiscretas…, aunque sabía que en ese pueblo todos espían a todos. Así y todo, fui en la camioneta con el pantaloncito de futbol, sin bóxer, y las esperé con la pija bien al palo. En cuanto entraron, rápidamente, y Karina en primer lugar, notaron mi “situación”…
-¡Ah, estás listo! – ...