LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA. - Relatos Eróticos

LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA.

... tobillos y apretó duramente haciendo un nudo resistente. El extremo lo sujetó al lado opuesto de la cama. En un momento estaba inmovilizado atado de manos a la espalda sujetas  a mi cuello con  los pies atados. Llevaba el bolsillo de su delantal repleto de objetos. Sacó un collar de perro y lo ancló en mi cuello sobre la media. Cerró el collar  apretándolo a mi cuello  y cerró  las hebillas entre los barrotes delanteros de la cama. En un instante quedé completamente inmovilizado, no podía mover un musculo de mi cuerpo. Si intentaba mover las manos la media marrón de lycra apretaba mi pescuezo impidiéndome respirar. La cabeza estaba anclada a los barrotes de la cama y mis pies al lado contrario. 

No entendía que pretendía mi tía Úrsula. Estaba asustado, la sonrisa se borró de mi rostro. Aquello no había sido improvisado, tenía una gran técnica y me había inmovilizado a consciencia, no era su primera vez que lo hacía. 

-	¡¡ Suélteme ahora mismo puta vieja   ¡¡ - Protesté enfurecido y asustado. No era consciente en aquel momento que no llevaba las riendas de la situación.

-	¡¡ Tienes la boca muy sucia ¡¡ … te voy a enseñar a permanecer en silencio con la boca cerrada. -  La tía Úrsula metió su mano enguantada por debajo de su delantal y de su falda y deslizó sus grandes bragas de color marrón por sus muslos y piernas hasta sacarlas por sus pies. Se acercó hacia los barrotes de la cama donde estaba inmovilizado con el collar de animal y acercó sus bragas a mi boca. ...

... 

-	No voy a volver a escuchar una sola falta de respeto más de tu boca.- Atenazó mi nariz entre una mano enguantada y no tuve más remedio que abrir la boca para respirar. En ese momento introdujo sus grandes bragas dentro de mi boca.  Utilizó la yema de sus dedos para empujar fuertemente hasta que entraron dentro de mi boca. Sacó otra media de su bolsillo y la colocó sobre mi cabeza deslizándola hacia mi rostro. La media apretaba  y envolvía mi cara así como la  boca impidiendo pudiese escupir su mordaza. Ahora no podía emitir sonido alguno de mi boca.

Intenté escapar de las garras de mi tía. Me retorcí pero solo comprobé que la media del cuello de aprisionaba impidiéndome respirar. Debía estar quieto. Intenté gritar pero no pude hacerlo debido a su mordaza. Sus grandes bragas rellenaban mi boca. Mi tía observaba de forma pasiva mis absurdos  intentos por escapar. Me sentí completamente humillado en aquella situación y con sus bragas sucias en mi boca. 

-	¡¡ Es inútil que intentes escapar ¡¡ … No vas a poder… me he asegurado que así sea. - . Dejé de intentarlo, llevaba razón, no podía moverme. 

Permanecía humillado e indefenso sin poder moverme. Comencé a degustar el sabor rancio de sus bragas usadas. Era muy humillante estar amordazado de esa manera. Impasible comprobé como mi tía Úrsula sacaba el último objeto de su delantal. Era un látigo corto, de pocos centímetros de largo. Un látigo de piel gruesa de ancho  con un mango en su extremo. Era fácilmente manejable, de ...