SEGUIMOS JUGANDO 2 - Relatos Eróticos

SEGUIMOS JUGANDO 2

Y ese sábado apareció con Felisa. Es imposible no calentarse con esta “nena”. Posee una sonrisa súper acogedora…, o cogedora, como más te guste. Una mina siempre dispuesta. Un cuerpazo increíble para una piba de su edad. Un culo para no hacer otra cosa que tenerla enterrada allí. Unas tetas especiales para cubanas. Unos penetrantes ojos marrones que te miran hasta los huevos, por más tapados que los tengas. 
	Como tanta otras veces, estoy con mi pantaloncito de futbol, bien amplio y con la pija bien dura, como cada vez que me pajeo esperando a Karina. En cuanto ingresó me empapó con un beso de lengua, que no provocó otra cosa que tomara sus glúteos, apretándola contra mí. Karina quedó expectante. ¡Esta mina me va a robar la pija! Pero no fue así. Karina se adelantó, antes que nada, y se agachó, como siempre, sacándola de la pierna del pantaloncito, metiéndosela en la boca. Fue una divertida y agradable competencia de quien mamaba más y mejor. Tenía a las dos nenas arrodilladas frente a mí, mamando desaforadamente. ¡En cualquier momento me la comían!
	¡Dios! ¡Esto sí que es bueno! Cada una se esmeraba más. Mientras una mamaba, la otra lamía. ¡Me encanta como Felisa me acaricia el glande con la lengüita, mientras Karina me lame el escroto! Así durante varios minutos. Cuando se me endurecieron los huevos, las tomé de los brazos y las paré, para llevarlas hacia el dormitorio. ¡No hay tiempo que perder! 
	Felisa pretende desnudarse por su cuenta. Se lo impedí. ¡Yo soy el ...

... desnudador! En la medida que sacaba su blusa, su corpiño, su mínimo pantaloncito de jean, junto con la tanga, besaba cada centímetro de su piel. Con las manos franeleaba a Karina, mientras chupaba los pezones de Felisa. ¡Nada que perder! 
	En un minuto están ambas desnudas, con dos increíbles cuerpos de mujer en mis manos. ¿Aguantaré hasta el final?
	La rubia de largo cabello, se giró frente a mí, refregando su culo contra la pija, metiendo las manos entre sus piernas para acariciarme las pelotas. Karina, canchera, se sentó en el sillón a masturbarse, mientras yo estaba con su amiga. 
	Me prendí a los duros pezones de Felisa, mientras le metía un par de dedos en la concha, alternando con uno y otro pezón durante varios minutos. Felisa estaba súper entregada. La senté en el borde de la cama, me arrodillé y mi lengua comenzó a horadar el túnel del placer. Felisa se tiró hacia atrás con las piernas bien abiertas. Cuando mi tarea se centró en su clítoris, la nena puso sus piernas sobre mis hombros y el estremecimiento fue total. ¡Su primer orgasmo se hizo presente! Insistí con lengua y labios, para absorber todo su flujo. ¡Nuevo orgasmo!
-¡Ay profe! ¡Con razón Karina quiere venir todas las semanas! – ¡Felisa gemía, gritaba y reía!
-¡Vos podés hacer lo mismo! – Karina la alentaba a compartirme. – ¡Aunque no te perdés de ofrecer tus agujeros a los chicos de la escuela!
-¡Jajaja! ¡Yo te digo siempre que podés hacer lo mismo! – Felisa quiere compartir a sus cogedores, como Karina ...