1. Celebraciones familiares (3): El cumpleaños (Continuación)


    Fecha: 12/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... aún más a la complacida María Luisa que no tardo en cerrar los ojos y gemir atropelladamente con la boca abierta de par en par, proclamando la inminencia de su orgasmo. Entonces y sólo entonces me atreví a introducirle mi dedo pulgar por el culo.
    
    ― ¡Ooogh! ―la oí suspirar tibiamente, sin rechazar ni poner reparo alguno a lo que le hacía. La verdad es que mi pulgar se había abierto paso con facilidad. Aun así, no me apresuré y dejé pasar unos segundos antes de similar con mi mano el ritmo de una buena follada en su espléndido trasero. Con mis dedos frotaba sus resbaladizos labios mayores y su sensible fuente de placer.
    
    ― Ooogh… Ooogh… Ooogh… Aaagh…
    
    Al poquito una gruesa gota de flujo se descolgó del eufórico coñito de María Luisa formando un hilo pringoso que acabo pegándose en su muslo.
    
    ― Aaaggggggggggggggh… ― entre convulsiones y espasmos propios del orgasmo la muy puta logró contener el grito. Bufaba no obstante como una yegua exhausta tras una veloz carrera. Tuve que sujetarla como pude para que no se desplomara sobre la mesa.
    
    Mis planes llegaban justo hasta aquí. Originalmente yo había pensado comerme sus tetas y follarla allí mismo delante de Rodrigo, quien por cierto se había sacado la polla a través de la cremallera del pantalón. Mi idea era hacer que el marido se corriera viendo el rostro de gusto de su enloquecida mujer bien ensartada por el coño. Sin embargo, llegados a este punto la idea se me antojaba totalmente descabellada. Cualquiera podría ...
    ... sorprendernos sin posibilidad alguna de disimular.
    
    Tomé la decisión de buscar un lugar más discreto ya que todo se estaba complicando por momentos. No sólo porque estuviéramos haciendo demasiado ruido, ni porque cualquiera podría bajar y pillarnos in fraganti, si no fundamentalmente porque quería follarla bien, lamerla de arriba abajo, deleitarme con sus grandes tetas y joderla sin prisas.
    
    Con disgusto me vi obligado a hacer una breve pausa. Enrabietado le aticé a aquella mami golfa un sonoro azotazo.
    
    ― Sube a la habitación ―ordené― Espérame de rodillas, en el suelo.
    
    ― ¿Os vais…? ―protestó inmediatamente Rodrigo.
    
    No me había olvidado del marido, es más, yo quería que él estuviera presente en todo momento ya que su presencia sería un magnífico catalizador sexual para todos. A pesar de ello creí mejor que fuera él mismo quien pidiera seguir contemplando el ardiente espectáculo. También me pareció apropiado contar con la complicidad de su mujer, así que miré a María Luisa y le pregunté.
    
    ― ¿Qué dices? ¿Le dejamos que mire… a ver si aprende algo?
    
    ― Sí, que mire. ―se ensañó la muy pécora. Ya se había bajado la falda del vestido.
    
    ― Pues sube y haz lo que te he dicho, enseguida vamos.
    
    Cuando María Luisa se hubo marchado con gesto serio le pregunté a Rodrigo:
    
    ― ¿Lo has hecho antes?
    
    ― ¿El qué? ―preguntó a su vez Rodrigo.
    
    ― Ver como folla con otro―aclaré.
    
    ― No, pero…
    
    ―…pero se lo has propuesto, ¿verdad? ―completé la frase que él había dejado a ...
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