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Celebraciones familiares (3): El cumpleaños (Continuación)
Fecha: 12/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... subiendo y bajando, pero al hacerlo era tal la cantidad de saliva acumulada en su boca que la tenía que sorber ruidosamente de forma bastante indecorosa para una mujer bien educada. ― Shhhhluuuug Ummmmmm… Estaba gozando igual que una chiquilla con un helado de hielo en el mes de agosto. A mí me hubiera gustado verla recorrer con su lengua todo mi rabo, lentamente, mirándome a los ojos. Me encanta cuando hacen eso, tendría que instruirla en otra ocasión. En fin, preferí aguantarme ya que quería evaluar sus conocimientos y destrezas por sí misma. ― Ummmmmm… Ummmmmm… Ummmmmm… ―sollozaba encantada. Pronto intentó engullir mi miembro viril, sin mucho éxito. Siempre me ha causado un poco de desazón causar esa pequeña frustración en las mujeres. Aunque verlas esforzarse es igualmente hechizante. Lo intentó una y otra vez. ― ¡Uaaagh! ―sollozaba exhausta― ¡Shhhhlug! ―tragaba después su saliva. Comenzaba a dar síntomas de cansancio. Fue entonces cuando dejó de chupar para mirarme con ojos lastimeros. La mujer de Rodrigo esperaba que yo hiciera o dijese algo, pero yo permanecí de pie inmóvil ofreciéndole mi verga a través de la cremallera abierta de mi pantalón vaquero. ― ¿Ya? ―pregunte expresando decepción― ¿No quieres más? Como una buena chica volvió a por el postre aunque esta vez se centró principalmente en mi inflado glande. Lo chupaba con fuerza como un Chupa-Chups. ― ¡Shhhhlug!... ¡Shhhhlug!... ¡Shhhhlug!... Cada vez que paraba me dedicaba una ...
... hermosa sonrisa. Realmente había un destello de alegría y sincero agradecimiento en sus ojos. Ese pequeño detalle tenía mucho valor para mí. Me hacía sentir orgulloso, de modo que sentí como mi esperma comenzaba a hervir en mis testículos. ― Ummmmmm… ¡Shhhhlug!... Ummmmmm… ― Ya. ―dijo dando a entender que deseaba cambiar de juego. ― ¡Sigue! ―exigí― ¡Haz que me corra! No tuvo elección. Restregué mi cipote contra los labios hasta que abrió de nuevo la boca y comencé a follarla oralmente de inmediato tratando de no provocarle arcadas. Estaba demasiado excitado, necesitaba descargar para afrontar con garantías lo que aún estaba por venir. Vi a Rodrigo claramente entusiasmado con que follara la boca de su mujer. Aguanta, aguanta… me decía a mí mismo, pero ya era demasiado tarde. ― ¡Oh!... ¡Oh!... ¡Oh!... ―empecé a bramar abrumado por el placer de las ahora largas y contundentes penetraciones en la boca de la mujer de Rodrigo. Inevitablemente, en unos pocos segundos ― ¡Aaaaaaaaagh! ―rugí anunciando mí ya inevitable eyaculación. Mis testículos se contrajeron y mi polla empezó a dar sacudidas. María Luisa intentó apartarse al notar el primer y enérgico chorro en su boca, pero yo la tenía bien sujeta. Ignorando sus quejas seguí bombeando con toda mi alma, chorro tras chorro. ― ¡Ogh! ¡Oogh! ¡Agh!... Solo después de ocho y diez convulsiones retrocedí extrayendo todo mi miembro de su boquita y obligándola a mirarme a la cara le exigí con firmeza que tragara mi ...