VECINAS COMPLACIENTES 2 - Relatos Eróticos

VECINAS COMPLACIENTES 2

... podemos ir al dormitorio? – La nena está casi desesperada…
-¡Celi, tesoro! Dejá descansar a Dani… - No decide la manera de llamarme.
-Está bien, “señora” Aprilia. No necesito tomar nada. Mi placer será estar con “ustedes”. – Resalte el “ustedes”. – Celina tiene razón, el tiempo pasa pronto cuando se está “muy bien…”
	En verdad yo también quería empezar pronto, sobre todo cuando espero hacer realidad mis intenciones. ¡Aprilia no tendrá dudas!
	Celina me tomó de la mano y me “arrastró” hacia el dormitorio. Dos pequeñas lámparas sobre las mesitas de luz, a los lados de la amplia cama, tornando la habitación suavemente iluminada, hermosamente decorada.
-¿Sabe Aprilia? No sé si usted estará de acuerdo…, pero creo que será mejor preparar a Celina…, viendo cómo sería lo que haremos… 
-¿Cómo? – Aprilia lo está esperando. ¡Es lo que quiere!
-Que… nosotros lo hagamos primero. ¿Qué le parece?
-¡Si! Ángela y Claudia me dijeron que primero lo hicieron las mamás…, con Dani digo… ¡Me gustaría verlo!
-¿Si, tesoro? ¿Te gustaría ver a mamá? – Aprilia parece más entusiasmada que la nena. 
-¡Me gustaría mucho!
-Entonces lo hacemos, tesoro… - Lo dije mirando a la mamá, como para que parezca que soy yo quien busca cogérmela…, no que ella sea quien lo busca… - Me dirigí hacia ella, quien estaba parada junto a la puerta. 
	Aprilia quería perder menos tiempo que yo. Se iba a desabrochar el vestido.
-No, no. Dejá que lo haga yo… - La hice girar y tomé el cierre en la espalda. – No te ...

... molesta que te tuteé… ¿no? Creo que podemos entrar en confianza…
-¡Claro! ¡Como digás! – Se relajó y bajé el cierre, hasta donde empezaba la raya del culo. Besé el cuello, las orejas… y toda la espalda. Comenzó a gemir muy quedamente, mientras aceleraba la respiración…
-¡Qué lindo! ¡Cuántos besos te da Dani! – La nena lo disfrutaba tanto como la mamá. -¿Me desnudo? 
-No, dejá que luego lo hago yo… Por ahora mirá como lo hacemos con “mamita…” – Acentué “mamita”. Me agaché y terminé de bajar el vestido hasta sus tobillos. Aprilia levantó los pies y lo corrió hacia un lado. 
	Tomé sus caderas y besé los glúteos, centímetro a centímetro. Aprilia está petrificada. Probablemente no esperaba esto…, o sabe que pasaría luego… Celina está a mi lado mirando atentamente como beso el culo de la mamá. Ahora le daré más espectáculo. 
-Aprilia, tesoro, separate los cachetes… - Sabía perfectamente lo que venía. Sus manos, sobre los glúteos, los separó. El hermoso hoyito quedó a la vista…
-¡Mamita! ¡Nunca había visto tu agujerito!
-¿Viste qué lindo es? – Alentaba la “curiosidad” de la nena. – Seguro que vos lo tenés tan lindo como mamita.
	Metí la cabeza entre los cachetes y lamí el ano. Aprilia se estremeció y gimió.
-¿Te gusta mami? – Prácticamente Celina tiene su cabeza junto a la mía, mirando atentamente como lamo, beso y chupo el ojete de la mamá. 
-Sííí… tesoro. – Aprilia contestó gimiendo. - ¡Es muy rico!
	La mami no perdía “la razón de ser” de lo que le estaba haciendo: ¡para ...