VECINAS COMPLACIENTES 2 - Relatos Eróticos

VECINAS COMPLACIENTES 2

... entusiasmar a la nena! Mentira que tiene que sostener. ¡Ella gozaba por ella! Tal como yo lo hacía.
	Es el momento apropiado. Llevé una de las manos que tenía sobre sus caderas hacia la concha. ¡Absolutamente inundada!
	La giré lentamente, besando y lamiendo su cadera hasta llegar a su muslo. Seguí por él hacia el interior. Con mis manos en los glúteos la apreté contra mí. ¡Quedé anonadado ante tanta belleza! Unos labios externos impecables, gorditos y sabrosos, absolutamente mordisqueables.
-¡Dios! ¡Dani! ¡Me muero! – Fue ella la que apretó mi cabeza contra su pubis.
	¡Vino un imprevisto! Yo seguía totalmente vestido, encuclillado frente a la concha de Aprilia. En ese momento sentí algo sobre mi bulto… ¡tremenda carpa! La manito de Celina me lo había agarrado. Apretó la pija sobre la ropa. Tuve que separar la boca de la concha de la mamá. ¡Carajo!
-¡Soltame por favor! ¡Me duele! – No es por eso. ¡No quiero acabar todavía!
-¡No sabía Dani! ¡Perdoname! – Celina se retiró inmediatamente.
-¿Qué pasa nena? ¿Qué le hiciste a Dani? – El momento de clímax se rompió. – Aprilia me soltó. Yo no lo hice. - ¿Qué pasó?
-No pasó nada, Apri, no te preocupés. Vamos a la cama…
-¡Estás vestido!
-No importa. Sentate en el borde de la cama. - No le di tiempo de reaccionar. Me arrodillé entre sus piernas y volví a la concha. Metí lengua y nariz en el húmedo paraíso. Desde el perineo hasta el clítoris, duro y descapullado. Aferré con mis labios y tiré. Una y otra vez. La mamita se ...

... estremeció. ¡Al fin! Orgasmó como en el infierno… ¡catarata caliente! ¡Squirt y todo! Mi boca, rostro y camisa quedaron chorreando. Aprilia se había recostado sobre la cama, relajada, tratando de regular la respiración…
-¿Qué le pasó a mamá! -  Celina se preocupó ante la situación.
-¡Nada mi amor! ¡Lo que hace Dani es tan lindo! ¡Mamá lo disfrutó mucho! – Aprilia se reincorporó y acarició los cabellos de la nena, quien estaba nuestro lado, tratando de saber porque la mamá se había retorcido tanto. – Recién empezamos Celi. ¡Vas a ver cuántas cosas lindas hacemos con Dani. Luego lo harás vos también. 
-Yo…, yo… creí que te había dolido…
-¡Jajaja! ¡Mi amorcito! A veces parece…, pero solamente es placer… - Aprilia se paró frente a mí. – Ahora voy a desnudar a Dani…, así estamos iguales…
-Siiii…, claro. Me parecía raro… En las fotos que me mostraron en el colegio, la chica y el chico están desnudos…
-Ahora lo estaremos ambos. – Aprilia me sacó la camisa, húmeda por su tremenda acabada. No tiene que desabrochar nada más. Pantalón y bóxer con elásticos. Los bajó a ambos…, “enganchando” la pija, que saltó cual muñequito.
-¡Uy dió! ¡Qué grande! ¡Que linda! – Celina está encantada. - ¿Eso me vas a meter?
-No duele nada, amorcito… - Tengo que calmarla. – Vas a ver que a mamita le entra muy bien…
-Si tesoro. La cachucha y la colita se agrandan fácil… - Aprilia no le dijo que se “dilata”. Tal vez la nena no sabría qué quiere decir. Tendría que enseñarle algunos términos. – Se siente ...