VECINAS COMPLACIENTES 2 - Relatos Eróticos

VECINAS COMPLACIENTES 2

... retiré un poquito y volví a meter, volví a sacar. Todo se fue dilatando. Pude sacar y meter con más suavidad. El recto de la nena se convirtió en un túnel de terciopelo. Comencé a sentir el placer de su hoyo acariciando la pija. De tal manera la pija también acariciaría a esta maravillosa criatura. ¡Ahora sí!
-¡Dame duro papito! ¡Bien duro! ¡Hasta el fondo! ¡Es tan lindo sentirte adentro!
¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! Hermoso el choque de sus nalgas contra mí. Ese duraznito es para comerlo todo. Al fin, tranquilo, me acerqué a su espalda, a besar y lamer, junto con el cuello y las orejitas. La tomé de su “pecho…”, eso digo, mis manos la abrazaban por completo, todo su cuerpito entre mis brazos. 
-¡Dios! ¡Dios! ¡Que hermoso! ¡Papito! ¡Sos todo mío! – Ella había olvidado que también estaba su madre… ¡Había desaparecido en el imaginario de la nena!
	Aprilia salió de debajo de su hija, dado que había desaparecido todo dolor. Se puso a mi espalda acariciándome. Se notaba tan feliz como Celina. 
El culito de la nena se contraía apretando mi pija, lo que me hacía sentir en la gloria. El bombeo se hizo rítmico, acompañado ahora por el movimiento de sus caderas. De tal manera la pija casi salía totalmente, hasta volver a penetrarla. Celina gemía y gritaba ante cada sacudida. Compartíamos el placer de la cogida. Acompañando nuestro ritmo, Aprilia abrió mis nalgas chupando y besando. ¡Doble placer para mí! 
La nena compartía los movimientos sin dudas. Adelante, atrás. La pija entraba ...

... y salía. Solté la cintura de Celina. No hace falta tomarla. Acarició sus glúteos. Voy con una mano a su conchita. La acaricio. Totalmente mojada. 
¡Si, la pija totalmente adentro! No aguanté más. ¡Derramé mi esperma hasta el fondo de sus intestinos! La nena contraía el recto ante cada sacudida de la pija, como exprimiéndola. Se estremeció nuevamente y la mano que tenía en su concha fue inundada.
-¡Si! ¡Qué lindo! ¡Que calentita tu lechita! ¡Dejámela dentro papayín!
	Aprilia está atenta a mi retiro, a fin de poner su boca en el hoyo de la nena para sorber el semen que se derrame. No tengo ganas de retirarme. ¡Me encanta verle el culito horadado por mí! ¡La mamá continúa acariciando mis nalgas y lamiéndome el orto! ¡Esto sí que es vida!
	Pero…, todo llega a su fin… 
	Efectivamente, cuando saqué la pija del culo de Celina, Aprilia fue pronta a sorber el hoyo de la nena. Ella se quedó quietita, permitiendo que la mamá lo hiciera sin problemas. Cuando ya no hubo más, la mamá le dio un chirlito. Señal que podía levantarse. 
	Yo me había acostado, totalmente relajado. Celina no hace otra cosa que besarme, acariciarme, decirme todo lo que me ama, lo que le gustó, de las veces que lo quiere hacer nuevamente. Sus manitas me toman de las mejillas y su boquita acaricia mis labios. ¡La dulzura total!
	Aprilia no pretende competir con su hija. Fue directamente a mi pija…, ya que estaba “descuidada”. Se dedicó a lamidas y chupadas, glande, tronco y testículos. ¡La delicia total!