HASTA PRONTO PAPITO - Relatos Eróticos

HASTA PRONTO PAPITO

... lado. Levanté a la nena con mis brazos. Puse las manos sobre sus tibios glúteos y desde allí la sostuve, separándolos y con los dedos acariciando el anito. La nena me rodeó con sus piernitas…, y la besé en los labios. Sus brazos apretaron mi cuello. ¡Tierna y decidida! Tanto Lorena como Karina conocen mis preferencias. Ambas fueron hacia el chico – que se llama Ricardo “Ricky” – para dejarme la “totalidad” de Natalia. Tal como la nena esperaba, la senté suavemente sobre el borde de la cama, y me arrodillé entre sus piernas. Acaricio y beso sus muslos. Voy despacito hacia el centro. Un poquito a la izquierda…, un poquito a la derecha. Llegué a la ingle. ¡Puro terciopelo! Nati suspiraba y respiraba ansiosamente. Creo que no sabía dónde poner las manos. Mientras mis labios se apoyaron en la impoluta rajita, con las manos intento retirar su vestido. Nati levanta los brazos y colabora para quedarse desnuda. Abandono la rajita y voy con mis besos a su pecho. Chupeteo los pezoncitos, la areola, voy al cuello, las orejas, las mejillas. Cuando llego a sus labios, la agitada respiración mantiene la boca entreabierta. El momento me permite introducir la lengua en ella. Busco la suya y la acaricio con la mía. ¡Es un pajarito entre mis brazos! Mientras mi lengua recorre su boca, mis manos recorren todo su cuerpo. Todo, todo. De adelante, de atrás, su ombligo, su monte de venus, sus glúteos, la raja del culo, deteniendo mis dedos en su hoyito. ¡Pronto entraré allí! También su raja ...

... frontal, donde había comenzado a explorar con la lengua. 
Natalia se estremecía. Volví, sin dejar de acariciar, hacia su entrepierna. Moví su cuerpito, de manera de lamer y besar desde el ano al clítoris…, pequeñísimo granito, de intenso latido…
En esa pequeña rajita bajé hasta el hoyito de la vulva, todo húmedo, cálido y latiente. Cuando entré con la lengua, Nati se estremeció.
-¡Ay! ¡Señor Dani! ¡Me hago pis!
-¡Dale tesoro! ¡Largalo! ¡Me lo tomo! – Por suerte Nati se puso rápidamente en onda. Su orgasmo, en conjunción con el orín llenó mi garganta. ¡Todo muy rico! 
-¡Qué vergüenza! ¡No me pude contener!
-¡Tesoro! ¿Viste cómo lo hizo Karina? ¡No hay problema! ¡Es muy rico tu sabor! ¡Me gustó mucho! – La llené de besos y caricias. La nena está encantada. - ¿Te gustaron los besitos que te di?
-¡Siiiii! ¡Muchísimo! ¡Lo hace todo tan lindo! – Al fin pasó su manita suavemente sobre mi cabeza.
-¿Te gustaría qué nos acariciáramos todo el cuerpo, todo, todo? – Yo seguía con el pantaloncito. Quiero avanzar sobre su cuerpo…, con el mío…
-Si, sí, claro. Quiero todo. ¡Tengo muchas ganas!
-¿Te dijo Karina lo que hacemos con nuestro cuerpo?
-Me dijo que le gusta mucho todo lo que hace con usted…
-¿Cómo qué?
-Bueeee…, esas cosas…, que le hace…, como los besitos que me dio… 
-¿Y qué más? – A ver hasta dónde llega… ¡Quiero que me lo diga ella! ¡Ahora no hay mamá a mano! ¡No tengo ese pretexto!
-Y…, me dijo… que le mete…, bueno… la cosota… esa, que tiene entre las piernas…
-¿Te ...