HASTA PRONTO PAPITO
Fecha: 10/03/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... referís a la pija?
-Sí, eso…, usted la tiene… en el pantalón…
-¿Te gustaría verla?
-¡Si, claro! – Mientras hablábamos, yo seguí arrodillado, besando y acariciando sus piernas, sus muslos, su ingle. Me erguí y me paré frente a ella. Por supuesto el bulto en el pantaloncito es tremendo.
-Bajame el pantalón…, despacito… - Natalia se bajó de la cama, parándose frente a mí. – Agarralo de la cintura y bájalo.
La nena puso sus manos en el elástico, en cada una de las caderas, y bajó casi temblando. Lo hacía tan lento y con tanto miedo…, que iba a pasar toda la noche…
Tomé sus manitas con las mías y las llevé hacia abajo. Las bajé de golpe…, hasta que saltó la pija…
-¡Ooooohhhh! – ¿Exclamación de asombro? ¿O de temor?
-¿Te dio miedo?
-¡No, no! ¡Es tan grande!
-¡Te va a entrar perfecto!
-Si, lo sé. Karina me dijo…, que la conchita se estira un montón… Qué al principio, cuando la mete, duele un poquito…, pero… luego… es muy rico…, da mucho gusto… ¡Es muy lindo sentir su pija temblando dentro de la conchita! ¡Da mucho gusto! ¡También en el culito y la boca! ¡Todo es lindo! ¡Eso me dijo Karina!
-¡Seguro! ¡Todo es lindo! ¿Ves cómo la tengo dura?
-¡Si! ¡Una barbaridad!
-¿Querés tocarla?
-¡Bueno! ¡Dele! – La nena la tomó con delicadeza y timidez.
-Agarrala bien, con toda la mano, sin miedo. – La tomó con ambas manos. - Justamente, está dura porque le gusta mucho saber que se va a meter dentro de tu conchita…, para acariciártela por dentro…, claro… si vos ...
... querés…
-¡Si, si! ¡Quiero! – Me agaché nuevamente para chupetear la conchita. Natalia nuevamente se estremeció y derramó sus juguitos.
La acosté boca arriba en el borde de la cama. Completé el retiro del pantaloncito. Ambos estábamos desnudos. Por supuesto, el volumen de la pija ocupaba la mayor parte de la escena. La nena, tan pequeñita, es una hermosa muñequita dispuesta a entregar su virginidad para convertirse en mujer.
No pretendía asustarla, mostrando la pija en primer plano. Solo quiero que se acostumbre a verla como una necesidad. Volví a su conchita, húmeda y cálida. Separé las piernas y moví mi rostro de un lado hacia otro con el fin de refregar toda la cara contra su ingle. Ella, al fin, decidió acariciarme el cabello. En esos minutos, Natalia tuvo otro par de orgasmos. Fui reptando sobre su cuerpo, lamiendo el monte de venus, el ombligo, la pancita, las areolas, los pezoncitos, duritos y erguidos. Con la boca llegué a su rostro, aunque un misionero sería muy desparejo, por ser tan distintas las alturas. Si se la meto así, su rostro quedaría a la altura de mi pecho.
Así que me erguí y levanté sus piernitas contra mi pecho. Apenas si llegaba a la altura de mis tetillas. Me acomodé lo mejor posible, y acaricié la rajita con el glande. Tenía el precum humedeciendo el glande. Transmitía esa humedad a la rajita de la nena. Natalia tiene los ojos cerrados y los labios apretados.
-Relájate mi amor, no te pasará nada. – Me agaché hacia ella, para hablarle ...