1. LA DESPIADADA TÍA ISABEL. ALIMENTACIÓN FORZADA.


    Fecha: 07/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22@yahoo.es, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ingeniero, me consentía todo mi madre. Hoy me libraría de comer aquel detestable plato de verduras, mi madre me había salvado.
    
    Mi tía Isabel se enfureció. Empezó a recriminar a mi madre que me tenía muy consentido, así nunca llegaría  a ser un hombre de verdad. Mi madre mientras cocinaba otra comida de mi agrado me defendió, siempre lo hacía. Mi tía empezó a enfurecerse por mi comportamiento tan consentido:
    
    -	Tienes suerte que no sea tu madre, te aseguro que te hacía tragar las verduras una por una hasta dejar el plato limpio – Me dijo enfadada por mi comportamiento impropio de mi edad. 
    
    -	Uhhhhhhh que miedo…. Mira como tiemblo… jajajajaja – Comencé a burlarme de mi tía Isabel de forma irónica. Aquellas burlas hacia ella aumentaron su enfado, pero se contuvo, no quería empezar una discusión. A la vez que yo comía el nuevo plato que me había preparado mi madre, miraba a mi tía con cara sonriente, me había salido con la mía y se lo estaba restregando a la cara a mi tía con mis burlas hacia ella. Notaba la mirada de odio hacia mí en aquel momento. 
    
    
    Pensé que todo había sido una anécdota y mi tía se había olvidado de aquel percance y burlas hacia ella, pero estaba muy equivocado. Al día siguiente, mi madre no venía a comer, tenía un turno distinto y comía en su trabajo. Como muchos otros días me senté en la mesa y mi tía sirvió la comida. Destapo una cazuela repleta de verduras. Quedé desconcertado, había vuelto a cocinar más verduras a sabiendas que las odiaba . ...
    ... Estaba atemorizado sin entender la situación observando la cazuela de verduras. Comenzó a servir verduras y más verduras en mi plato. 
    
    -	Te aseguro que hoy vas a tragar todas las verduras…. Voy a quitarte las ganas de volver a faltarme al respeto  - Continuó sirviendo las verduras en mi plato bajo mi atenta mirada. Estaba dispuesto a levantarme de la silla y marcharme pero mi tía me lo impidió.
    
    -	¡¡Ni se te ocurra levantarte de la silla ¡¡ - Levantó su voz hacia mi enojada. Observé como metió su mano en el bolsillo de su bata. Una bata larga y gruesa  que acostumbraba a llevar en casa que parecía muy caliente para protegerse del frio a la vez que estar cómoda en el hogar. Sacó unos guantes de goma largos. Quedé atemorizado sin saber que pretendía. Aquellos guantes largos de goma los había visto en múltiples ocasiones, siempre llevaba sus manos enfundadas en guantes realizando sus tareas domésticas, era una adicta a los guantes de goma. Comenzó a enfundarse sus guantes de goma en sus grandes manos y voluptuosos brazos por encima de la bata, el rechinar de la goma sonaba mientras encajaba su mano dentro de los estrechos guantes de goma. 
    
    En ese momento comprendí algo que anteriormente había pasado desapercibido ante mí. En ocasiones me cruzaba con mi tía Isabel por la casa y observaba un olor desagradable, no comprendía que era aquel olor pero hoy averigüe de qué se trataba. Sus guantes de goma estaban realmente sucios, eran unos guantes amarillos ya casi marrones de ...
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