ESTUDIANTE Y PROFESORA 2 - Relatos Eróticos

ESTUDIANTE Y PROFESORA 2

No me quedó más remedio que irme a casa a descansar y reponerme. 
Ya era noche. Ofelia vino conmigo y Peggy quedo con la tía. Supongo que ésta la envió a la casa. Me tiré en la cama. Ofelia me dijo que descansara. Ella haría la comida. Al fin, de alguna manera, las lecciones para los exámenes son positivas. No solamente en el estudio; no me quedó ganas ni de pensar.
Algo más allá de una hora, la nena me despertó, y la cena estaba lista. ¡Hasta en eso es perfecta!
Yo estoy totalmente relajado. Ni deseos de coger tengo. Ese es mi caso. Pero no el de Ofelia. Ella esta lista siempre, siempre con ganas. 
-Papito… ¿me puedo sentar? - No me preguntaba por una silla. ¿Cómo le voy a decir que no?
Se sentó sobre mis piernas, de costado. Comimos las milanesas entre los dos. Ella un poquito, otro poquito yo. Me da en la boca…, y mueve eróticamente el culo sobre mi falda. Yo sigo sin erección.
-¿Qué pasa papi? ¿No tenés ganas?
-No, mi amor. Perdoname, no doy más. Necesito una noche sin acción. Hasta los huevos me duelen, pero no por falta de eyaculación. La pija la tengo delicada, muy irritada. Demasiado rose. Espero que pase. Demasiadas penetraciones. No tengo 20 años, desgraciadamente.
-No importa, papito. Lo entiendo, no te molesto. – Cada palabra es un beso.
-No me molesta, no, para nada. Tu compañía es lo mejor que me pasa. A pesar de eso soy tan lujurioso que siempre quiero coger con alguien nuevo… Esta vez le tocó a Peggy.
-¡Jajaja! Bueno…, mañana le tocará a ...

... Valeria…
-¿Quién es?
-La profe, así se llama. 
-Bueee…, ya lo veremos, no estoy apurado. 
-¡Jajaja! Ya llegará. Lo sé.
Al día siguiente fui a una de las consultoras. Las nenas tendrían profe a la tarde, yo no iba a estar presente, para nada. Casita y relajo.
El jueves les di clase a las chicas…, con total abstención, ni monje benedictino…
Todo muy bien. Cuando no hay sexo en el medio, la educación es prioritaria. ¡Espero qué no dure mucho! ¡Jajaja!
El viernes hubo novedades. Las chicas vinieron a mi dpto., a la clase con la profe. Queta no estaría, y pareció mejor que vengan a casa, para que yo las atienda. ¡Menos mal! ¡Tranquilos! ¿La profe…? ¡Espectacular! ¿Será siempre así?
Saludé y desaparecí. Me fui a mi “oficina”, y las dejé solas, en la sala. Mantener neutralidad. ¡Menos mal! Las atendí lo mejor posible. Jugos, galletitas, ofrecimiento de bebidas o comidas. Le preparé café a la profe, también para mí, para tomar… juntos…, en el intervalo, con amable conversación. Tanto las chicas como la profe, muy discretas. A eso de las siete de la tarde, terminaron. 
¡Es el momento! No sé si es apreciación imaginativa o realidad; la señora profesora había tenido varias miradas no neutrales. ¡Eso lo pensé o me lo creí!  
Esta buenísima, fuera de los cánones de esas modelos de carita de bobas y sonrisas de muñequitas. Es una morena criolla de rostro perfecto, ligeramente oval y barbilla redondeada, en un mentón para besar y morder. Labios como corazón, muy cerca de las morenas ...