ESTUDIANTE Y PROFESORA 2 - Relatos Eróticos

ESTUDIANTE Y PROFESORA 2

... magia!
-¡Ay! ¡Dani, me vieeeeneeee! – Y las sábanas, bajo su cuerpo, se llenaron de flujo. – No me la saqués, quédate un rato… ¡me gusta tanto!
	Luego de varios minutos la retiré, despacito.
-¿Viste, tesoro? Todo empezó por chuparte el culo. – Llené de besos su espalda. – Date vuelta. Quiero chuparte el clítoris y meterte un par de dedos.
-¡Sos maravilloso! Enriqueta también me lo dijo, no solamente las chicas. - Nos pusimos a conversar, yo con mi pulgar en su clítoris, y ella sosteniendo la pija en su palma. - Perdoná mi curiosidad… ¡dicen tantas cosas! ¿Cuál es la cantidad de mujeres que tuviste al mismo tiempo en la cama? 
-¡Que curiosa! Nunca fueron más de cinco…
-¡Cinco! ¿Y cómo hacías para tener entretenidas a las cinco?
-¡Jajaja! Un poco cada una… - Habíamos cambiado de posición: yo sentado, ella mamaba. – No te olvidés…, no sé en tu entorno, pero ahora, por lo menos en lo que conozco, es raro que una nena termine el primario sin haber tenido alguna experiencia lésbica… Eso hace que cuando hay más de una para coger, el dúo se “acomoda” entre ellas… ¡Mientras el tipo le da a una, ésta, o la otra, chupa o lame lo que queda libre de la que está ensartada! 
-Sí, es cierto, tenés razón.
-¿Y vos? ¿Cuántos agujeros tuviste tapados al mismo tiempo? 
-Dos, el máximo, mi marido y un amigo…, que, en realidad, había venido para cogerse a mi cuñada…
-¿En tu casa?
-Sí, sí, nosotros somos cuatro, mi marido, mi cuñada, mi hija y yo…
-Ah…, tenés una hija…, y… ¿es muy… ...

... chica…?
-Ah… ¡jajaja! Pervertido, ya te la querés coger…
-Pregunto por curiosidad… 
-Siii… te creo… ¡jajaja! Patricia tiene un año más que Peggy y uno menos que Ofelia. Sí, es así. Mi hija está a punto… ¡jajaja!
-Entonces traela para que la conozca, ¿sí? ¿Es virgen?
-¡Jajaja! No, no, para nada. La desvirgó el papá…
-¿Tu marido?
-Claro, él…
-¡Pero…, se cogió a la hija! Quiere decir que también se coge a la hermana… 
-Claro, siempre que puede…
-¿Y vos estás en el juego? 
-No, no, me hago la burra. No quiero estar en esa. No quiero que se le ocurra un trío. Me voy.
-Bueno, no te jodo. Era sólo un chiste…

Me recosté con el fin de relajarme. No quería que todo terminara tan pronto. Valeria estaba a mi lado, pegadita. Tomó la mano que yo tenía suavemente sobre ella, y la colocó sobre su vientre, el ombligo. Me alentaba a acariciar. La empujó hacia el monte de venus, en el manojo de pendejos, tupidos, a la antigua. Por eso se le escapada por el costado de su tanga. Me la bajó un poco más. La palma de la mano sobre la concha. Los labios estaban húmedos y cálidos, ocupados por esos vellos tan suaves y enrulados. Valeria separó las piernas para que me fuera más fácil. Entre la maraña de vellos, busque la raja húmeda y caliente. Está empapada. Deslicé los dedos dentro, hacia los zalameros labios interiores. Busqué la vulva y metí un par de dedos. Ella giró un poco y apretó sus tetas contra mi cuerpo. Hice un mete y saca con los dedos. Valeria gozaba de ello. Pequeños ...