1. Gracias a mi hijo salí de una depresión


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... no pensar en eso, que con el tiempo mi marido me iba a satisfacer, pero no quise perder la oportunidad y decidí dar el primer paso.
    
    -¿Qué hiciste?
    
    -Voltee a mirarlo y puse mi mano en su entrepierna, él enseguida puso su gigante mano sobre la mía. Pude sentir de inmediato como crecía su gran pija en mi mano, como se puso dura. Pero yo fui muy rápida, me arrodille y le baje la cremallera del pantalón, metí la mano y saque ese palo inmenso, él no dijo nada, sólo se dejó hacer. Se la empiezo a chupar, casi no me entraba en la boca, le dejo la cabeza roja y brillosa, le chupo los huevos y acaba en mi cara.
    
    -Pero ¿No se enojó?
    
    -¿Por qué? Es sólo sexo, no quería tener un hijo con él, se la quería chupar, quería liberarme y así lo hice. Él me entendía y lo sigue haciendo. Una o dos veces por mes me visita en el consultorio y se la chupo, eso es todo, no quiero que me la meta y él tampoco, es algo casi tántrico un secreto y un alivio para los dos. Pero es nuestro secreto y ahora tuyo también.
    
    -¿Y tu mamá?
    
    -No sabe nada, obvio, nos hubiera matado, literalmente, pero hace más de veinte años que se come esa pija, tiene que aprender a compartir.
    
    -jajaja estás loca.
    
    -Muchas veces las soluciones están a nuestro alcance y no nos damos cuenta o no nos atrevemos a tomarlas. Yo todavía no entiendo como aguantaste a ese hijo de puta por tanto tiempo.
    
    -Es que somos diferentes. Por eso vengo a que me ayudes, te respeto y sé que me podes ayudar.
    
    -Yo te voy a ayudar, ...
    ... pero sólo si me haces caso, dejar de lado los prejuicios. ¿Estas dispuesta?
    
    -Sí, pero yo quiero decidir.
    
    -No, yo voy a tener el control, soy la profesional y si aceptas no hay vuelta atrás.
    
    -Bueno, es un trato.
    
    -Entonces primero te voy a decir que provoca tu depresión y que te falta para superarla.
    
    -ya sé, me vas a decir, un hombre. Ya te dije que no quiero saber nada de tener otra relación con un hombre, no quiero pasar por ese ritual de conocerlo y que después me desilusione.
    
    -Yo no te voy a decir un hombre, sino sexo.
    
    Se levanta del sillón y se para a mi lado, yo sigo acostada en el diván. Lleva su mano a mi barriga y desliza su mano debajo de mi calza hasta tocar mi vagina. Casi como un reflejo le tomo la muñeca pero dejo que me toque. Mete un dedo y saca la mano.
    
    -Ves como te puso mi confesión.
    
    Me lo dice mostrando un hilo de baba entre los dedos índice y pulgar. Se los lleva a la boca y los chupa.
    
    -Ahh, no seas chancha
    
    -Hasta tiene rico gusto, mira, toca, yo estoy igual.
    
    Se levanta la pollera y se baja una diminuta tanga de encaje blanco, dejando expuesta su vagina pelada y rosada. Sin dudar le hago caso y le meto un dedo, efectivamente, estaba muy mojada. Hago lo mismo que ella, me chupo los dedos y puedo saborear su néctar salado.
    
    -También tiene rico gusto.
    
    Se vuelve a vestir y vuelve al sillón.
    
    -¿Nunca deseaste a tu hijo?
    
    -No, ¿de qué forma?
    
    -Ya sabes de que hablo.
    
    -¿en el sexo? Claro que no.
    
    -Pero es joven, ...
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