1. Gracias a mi hijo salí de una depresión


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... tengo un culo atractivo, grande en su justa medida, mi marido lo besaba y chupaba por horas, pero con el tiempo fue desquitando su furia en él, me sodomizaba cuando quería someterme, no paraba hasta que lloraba mostraba sumisión. En realidad a mí me gustaba pero nunca le di el gusto de que sintiera placer en cogerme por el culo, lo odiaba. Con mi hijo era diferente cuando lo empieza a tocar puedo sentir que lo hace con ternura y miedo, siento que lo puedo dominar con el culo. Mientras con el movimiento de sus manos me doy cuenta que trata de separarlo y abrirlo para ver el ano, me pregunta.
    
    -¿Son analgésicos lo que te dio?
    
    -¿Cuáles?
    
    -La caja azul.
    
    -Ah eso, no.
    
    -¿Qué son?
    
    -Supositorios, me los dio para que no me duela cuando voy al baño, facilitan el trabajo.
    
    -¿Quieres que te lo ponga?
    
    -¿Lo harías?
    
    -Sí, si te ayuda.
    
    -Gracias. Están en ese cajón.
    
    No imagine llegar tan lejos, supero todas mis expectativas, me moría de ganas de contarle a Leticia.
    
    Saca del blíster un supositorio y me lo muestra.
    
    -A ver dame que lo chupo un poco, así lo podes meter más fácil.
    
    Me lo da y le paso la lengua para mojarlo con saliva y se lo doy. Levanto el culo y quedo arrodilla en la cama y con la cabeza en la almohada. Siento que empieza a tocar el ano con el pequeño supositorio y lo va introduciendo de a ...
    ... poco.
    
    -Mete bien profundo el dedo para que no se salga.
    
    Como un fiel esclavo me hace caso y mete el dedo hasta que hace tope la mano, luego retira el dedo de a poco. Me vuelvo a acostar y bajo la bata.
    
    Fueron unos segundos en lo que pensé, por qué no ir más lejos. Entonces me doy vuelta y le digo.
    
    -¿Querés meterlo más profundo?
    
    -¿Cómo?
    
    -Ven.
    
    Lo tomo de la cintura y le bajo el pantalón, el pene sale disparado, lo tomo con las dos manos y me lo llevo a la boca y se lo empiezo a chupar, no quería que acabe en mi boca, así que lo saco y le digo.
    
    -Mételo en el culo, bien profundo.
    
    Me pongo en cuatro, me toma de la cintura y apoya el pene en el ano. Ya tenía el agujero tan lubricado y dilatado que no hizo falta mucho esfuerzo para meterlo, empujo y empujo hasta tenerlo bien adentro, entraba y salía, hasta que acaba adentro del culo, puedo sentir como me llena su leche caliente.
    
    Cogimos todo el día y toda la semana. Cuando el miércoles fui de Leticia le cuento todos los detalles de lo que hicimos y como no podemos para de hacerlo.
    
    Leticia me saco de la depresión, me dijo que ella quería participar y así lo hizo. Ahora somos un trio que nunca agota su apetito sexual. Mi hijo nos coge como a dos adolescentes, nos rompe el culo cada vez que nos encontramos. Nos hicimos adictos al sexo y no podemos parar. 
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