1. Ana Julia la mujer que me inició en el sexo. Segunda parte


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... fluidos masculinos cubrieron su cuerpo así las suyas bañaron cada sitio de mi cuerpo. De pronto se incorporó se puso su blusa, hizo que me pusiera la camisa y me dijo:
    
    -Ven, vamos a mi habitación, como corderillo al matadero fui sin poder decir palabra alguna.
    
    Subimos las escaleras con las manos y el deseo entrelazados, mientras nos abrazábamos y besábamos lujuriosamente.
    
    Su habitación era escasa de muebles, pequeña con una angosta cama, un velador, un ropero y nada más, pero cargada de deseo deseado, llena de orgasmos listos a salir cuan saetas incandescentes al infinito. Ahí estábamos frente a frente mirándonos con mucho deseo. -Ven potrito, ven a mí-dice. Me abrazó, me conoció, me recorrió, me besó, me palmó, buscó lo más íntimo de mi ser. Empezó a despojarme de mis vestiduras para encontrar lo que andaba buscando. Mi ser mismo, mi interioridad, luego añade:
    
    -Haz lo mismo, despójame de todo lo mío.
    
    Eso hice y también la abrace, la conocí, la recorrí, la besé, la palmeé, busque lo más íntimo de su ser, si interioridad.
    
    - ¡Que hermosa estas!, me gustas mucho.
    
    -Soy toda tuya, no sé la razón, pero me gustas mucho, potrito.
    
    Tomó mi mano y se la llevó a su nido muy abombado, portentoso, delicioso, continuábamos parados frente a frente. Mi cuerpo estaba ya nuevamente caliente, ella igual, luego tomó mi otra mano se la llevo a sus posaderas, mi perdición.
    
    - ¿Te gustan?
    
    -Síii, mucho son muy lindas y paraditas, asentí candorosamente.
    
    Nos unimos ...
    ... fuertemente. Dejé su nido y acaricié sus posaderas. Acaricie mi perdición. Intente introducir uno de mis inquietos dedos, pero me dijo:
    
    -Luego potrito, tranquilo no te desboques. Quieto, tranquilito, tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros estamos solos, espera domínate. Tranquilo no te desboques. Todo mi cuerpo será tuyo, pero despacio con calma, tranquilo amorcito, potrito mío. Me besó acarició mis escasos y bien cortados cabellos, mientras me susurraba al oído:
    
    -Tranquilo mi potrito, tranquilo. Así tranquilo. Quieto.
    
    -Ya, ya...
    
    Poco a poco me fui tranquilizando, poco a poco la domadora tranquilizaba a su potro montaraz. Poco a poco ella se estaba apoderando de todo cuanto podía y deseaba apoderarse.
    
    -Ana Julia, me gustas mucho con delirio
    
    -Lo sé, ven recuéstate.
    
    Me recostó en su litera y se montó sobre su potro. Mi cuerpo la acogió. Sus manos acariciaron mi rostro, las mías se asieron de sus posaderas que salientes pedían a gritos ser poseídas. Su boca comenzó a explorarme todo poco a poco. Beso mi rostro, cuello, mordisqueo mis orejas, continuó con mi pecho, vientre y que más. Sus ojos se fijaron en mi miembro y llevo a su boca a él, lo lamió todo, lo succionó todo, sus manos se asieron a él y lo estimularon rápido, constante y rítmicamente. El potrito sólo relinchaba y relinchaba, brincaba de placer y cuando empezaba a sentir que algo de él iba a salir a luz raudo el potrillo sintió su cuerpo se llenó de luz y energía. Ana Julia se detuvo y ...