RAZÓN PARA ESTAR VIVO
Fecha: 16/07/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... cuerpo para estar ya mismo en la cama es poco! Una mínima blusita llena de encaje y abalorios, cuya transparencia dejaba al descubierto, casi totalmente, globos y pezones…, una brevísima pollerita, también transparente, que exhibía la escueta tanguita que ni siquiera impedía que algunos pelitos se escaparan. No vi atrás, pero seguro sería un hilo en medio del culo. ¡Sus intenciones coincidían con las mías!
¡Calentemos la pava!
-¿Bailamos Diana?
-¿Bailar? ¿Dónde? – Diana miró hacia ambos lados.
-Allí, atrás de esa cortina hay una pequeña pista…, para que los comensales despunten el vicio… - ¡O aumenten de temperatura! - ¿Escucha la música?
-Si, hermosa…, pero pensé que es el clima del salón…
-Pero se puede bailar… - Insistí. – Antes del plato principal…
Me levanté, fui hacia ella y le tomé una mano. Cuando se levantó, sonriente, apoyé contra su cadera el bulto que tengo en la entrepierna. Ella se acomodó para que la tomara de la cintura. Cruzamos la cortina y un par de parejas están “bailando”, suficientemente apretados para no poder distinguir donde empezaba o terminaba cada personaje. La iluminación no permitía más.
Una de las parejas se besaba en la boca. En la otra pareja, el hombre besaba el cuello de la mujer y la tomaba de los glúteos. El ritmo es lo de menos. Seguramente habría un par de habitaciones ya ocupadas en el hotel. Por suerte hice las reservas.
La tomé de la cintura y la apreté contra mí. Mi bulto quedó en su ingle. Ella me pasó los brazos por ...
... el cuello.
-¡Nosotros tampoco nos vamos a diferenciar en dos! – Diana pensó lo mismo de las otras parejas.
La balada lo permitía. Bajé una de las manos y tomé uno de sus glúteos.
-Tenés que tener paciencia. – Diana tomó mi mano y la volvió a colocar en la cintura. – “Todo en su medida y armoniosamente…” es un sabio pensamiento… ¡El baile es para bailar!
-Podemos bailar con una de mis manos disfrutando…
-Sin duda…, pero quiero… que todo se de en el momento oportuno.
-Es que…, adoro ese culo…
-¡Jajaja! ¡Llegará la oportunidad! - ¡Me está diciendo todo!
-¡Quiero esa oportunidad!
-Te daré otra. Volvamos a la mesa. – Diana me tomó de la mano y nos sentamos. Me lamenté. ¡Se acabó el franeleo!
-¿Ves? Este mantel tapa todo. Antes que nos traigan la comida…, metete abajo… ¡rápido!
La miré extrañado.
-Soy tu clienta y el “cliente siempre tiene razón…” – Diana reía.
-¿Te parece? ¿No es demasiado?
– Dani…, soy tu cliente, te dije…, así que debés seguir mis “antojos…” – Me miró a los ojos y me acarició una de las manos. - ¡Quiero que me la comas hasta que me venga! ¡Me está doliendo! ¡Estás en condiciones de ser mi “médico”!
Ni siquiera miré hacia los costados. Me metí bajo la mesa. Diana había abierto las piernas… ¡Se había retirado la tanga! ¡Es la oportunidad! Fui hacia ella. ¡El ofrecimiento es inapelable!
Está súper excitada, los labios hinchados y mojados, los vellos recortados y revueltos. Diana bajó una mano y se abrió la concha, dejando escurrir sus jugos ...